Enfrentados a una explosión de violencia y a la escasez de combustible, la población tiene dificultades para acceder al agua potable y a la atención sanitaria. Además, en las últimas dos semanas, Haití ha visto un resurgimiento del cólera, después de haber sido declarado libre de cólera durante más de tres años.
“La semana pasada, una mujer embarazada llegó a nuestro hospital de Cité Soleil, necesitaba una cesárea de urgencia. Intentamos trasladarla a un centro médico donde pudiera encontrar ese tipo de tratamiento, pero murió”, explica Luxamilda Jean-Louis, médica de Médicos Sin Fronteras (MSF).
“Ya sea por la inseguridad en las carreteras o porque las estructuras sanitarias han dejado de funcionar, sucesos como éste ocurren todos los días en Puerto Príncipe. La situación es tan volátil que puede cambiar de un día a otro, incluso de una hora a otra”.
Desde hace varios días, la gran mayoría de los hospitales de la ciudad, que, como MSF, dependen de generadores para funcionar, se han visto obligados a reducir sus servicios y podrían tener que cerrar sus puertas por la escasez de combustible. “Nos enfrentamos a la misma situación que otros hospitales de Puerto Príncipe; no podremos operar nuestras instalaciones médicas durante más de unas semanas si no tenemos acceso al combustible.
Además, tenemos el equipo médico, que también necesitamos para seguir tratando los casos de cólera y prestando atención a la población, está actualmente bloqueado en el puerto”, explica Mumuza Muhindo, jefa de actividades de MSF en Haití.
Nuestros equipos están igualmente preocupados por la reaparición del cólera confirmada oficialmente el pasado 2 de octubre. Durante la última semana, Médicos Sin Fronteras ha recibido más de un centenar de pacientes con síntomas de cólera cada día en los cuatro centros de tratamiento instalados en los barrios de Turgeau, Drouillard en Cité Soleil, Champ de Mars y Carrefour, con una capacidad total de 205 camas.
“El agua insalubre es una de las principales causas de propagación del cólera, por lo que las consecuencias de la falta de agua potable en este contexto de rebrote de la enfermedad son desastrosas. Sin agua potable, sin tratamiento y sin una buena gestión de los residuos, el riesgo de que se produzca un repunte en el número de casos es muy alto y hay que solucionarlo con urgencia”, advierte Auguste Ngantsélé, coordinador médico de MSF en Haití.
Además del acceso al agua y que se establezcan capacidades de atención, la población debe poder acceder a las estructuras sanitarias. Sin embargo, este acceso es un reto constante en la capital haitiana: a menudo es muy difícil llegar a un centro sanitario capaz de proporcionar el tratamiento necesario; en MSF somos testigos de esta situación cada día a través de nuestras actividades médicas, ya sea para la atención de pacientes traumatizados, víctimas de quemaduras, emergencias vitales o supervivientes de violencia sexual.
En los últimos días, desde MSF incrementamos nuestras actividades, reforzando la capacidad quirúrgica de algunos de nuestros proyectos, e implementando una respuesta al cólera centrada en el tratamiento, pero también en la prevención de infecciones.
Desde hace más de 30 años, los equipos de Médicos Sin Fronteras brindan atención médica gratuita en Haití y actualmente llevan a cabo siete proyectos en todo el país, en la capital, Puerto Príncipe, en el sur y en Artibonite: tratan urgencias con riesgo vital, casos de traumatismos, víctimas de quemaduras, víctimas de violencia sexual y brindan atención reproductiva. MSF también interviene regularmente en situaciones de emergencia, como los desastres naturales.
En 2021, los equipos de MSF realizaron 25 mil consultas de emergencia, trataron a 3 mil 220 víctimas de la violencia y ayudaron a mi.560 sobrevivientes de la violencia sexual.