En el exterior de una funeraria en el este de Beijing, docenas de personas se protegían de las gélidas temperaturas con abrigos y gorros, mientras operarios equipados con trajes de protección sacaban, uno por uno, los ataúdes.
Cuando un empleado con un portapapeles gritaba un nombre, un familiar se acercaba al féretro para examinar el cuerpo. Uno de los que esperaban contó que su pariente había contraído COVID-19.
Los decesos ligados al coronavirus aparecen en Beijing después de semanas sin reportes de víctimas mortales por parte de las autoridades chinas, aunque el país está en pleno repunte de casos.
Aunque el número de fallecidos a causa de la enfermedad tampoco está claro, familiares contaron a un reportero de la AP que visitó la funeraria Dongjiao que al menos dos personas incineradas allí habían arrojado positivo al virus, incluso, la demanda en los crematorios ha repuntado.
Este aumento se produce luego de que el Gobierno suavizó drásticamente algunas de las medidas de contención de la pandemia, que eran las más estrictas del mundo. Incluso, el presidente de China dijo que dejará de reportar los casos asintomáticos, ya que es imposible rastrearlos.
Esto hace que no esté claro con qué rapidez se está propagando el COVID-19, sobre todo la nueva subvariante de ómicron BF.7 que puso en ‘jaque’ a China.
¿Qué sabemos de la nueva variante BF.7 de COVID-19?
Detrás del aumento de casos en China está la última subvariante de ómicron, BF.7, que no ha afectado a otros países hasta el momento.
De acuerdo con informes de China, BF.7 tiene la capacidad de infectar más rápido que otras variantes anteriores, es decir, se transmite con más velocidad, su periodo de incubación es más corto y su habilidad para infectar de nuevo a personas vacunadas es mayor.
La RO (el número medio de personas a las que un contagiado transmite el virus) de ómicron era 5.08, en la BF.7 es de 10 a 18.6, algo antes no visto.
Los síntomas más comunes de BF.7 son similares a las otras subvariantes de ómicron, como: fiebre, tos, dolor de garganta, secreción nasal o fatiga; sin embargo, en personas con sistemas inmunológicos más débiles puede causarles una enfermedad más grave.
China no reporta decesos por COVID desde el 4 de diciembre
La cifra oficial de fallecidos a causa del virus en el país sigue siendo baja, con apenas 5.235 muertes, frente a los 1,1 millones de Estados Unidos. Pero los expertos en salud pública advierten que no se puede realizar una comparación directa entre ambas estadísticas.
Las autoridades sanitarias chinas contabilizan solo a quienes mueren directamente por COVID-19, excluyendo a las personas con enfermedades previas que se agravaron a causa del virus. En muchos otros países, las directrices estipulan que cualquier fallecimiento al que haya contribuido el coronavirus se cuente como muerte relacionada con el COVID-19.
Los expertos apuntan que esta es la práctica habitual en China, pero se ha puesto en duda en momentos en que las autoridades han tratado de minimizar las cifras.
También el viernes, el gobierno ordenó a las zonas rurales que se preparen para la vuelta de los trabajadores migrantes con motivo de las vacaciones de invierno para evitar un gran repunte de los contagios en comunidades con recursos médicos limitados.
Los retornados deberán usar mascarilla y evitar el contacto con ancianos, y los comités locales deben monitorear sus movimientos, según las normas, que no mencionan la posibilidad de aislamiento o cuarentenas.
Con información de AP