La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció hoy una reducción en el tiempo recomendado de aislamiento para los pacientes con COVID-19, que baja así de 13 a 10 días para los que presenten síntomas y de 10 a 5 para los asintomáticos.
Además, en su nueva guía de la gestión clínica en la pandemia, la OMS sugiere el uso de test rápidos de antígenos con el fin de reducir hasta en tres días el periodo de aislamiento, según presentó en rueda de prensa la responsable del programa de respuesta al COVID-19 de la OMS, Janet Diaz.
Los cambios se recomiendan tras analizar los resultados de 12 estudios con 2 mil 799 pacientes en los que la reducción del aislamiento produjo un bajo incremento en casos graves que requiriesen hospitalización (del 2 por mil en el caso de pacientes asintomáticos y del 19 por mil en aquéllos que tuvieron síntomas).
“Se espera que la mayor parte de las personas prefieran periodos de aislamiento más cortos y que esto tenga positivos efectos económicos y sociales”, destacó la experta.
En el apartado de terapias recomendadas, el único cambio es la expansión del uso recomendado del medicamento antiviral nirmatrelvir-ritonavir (comercializado por Pfizer bajo el nombre de Paxlovid), cuyo uso desde ahora también se considera una opción para mujeres embarazadas o lactantes con COVID-19.
¿Viene nueva ‘generación’ de vacunas COVID? Este descubrimiento puede acelerar el proceso
El COVID-19 ha mutado y evolucionado a lo largo de tres años. Sin embargo, las vacunas -que han salvado millones de vidas- no han cambiado sustancialmente su fórmula original desde que comenzaron a fabricarse para combatir el virus SARS-CoV-2. Esto puede estar a punto de cambiar.
Investigadores de la Universidad de Boston confirmaron que una proteína, que ha ayudado a ómicron a eludir la inmunidad proporcionada por las vacunas ‘originales’, podría darle una ‘pista’ a los laboratorios para crear nuevas vacunas y tratamientos contra COVID, una enfermedad que ha cobrado la vida de casi 7 millones de personas alrededor del mundo.
En un estudio publicado por la revista Nature, los investigadores señalan que la proteína NSP6 “podría tener un gran impacto positivo, ayudando potencialmente a proporcionar un nuevo objetivo para vacunas y terapias”. Además de “ser un factor esencial en el menor potencial de enfermedad de la variante, o su patogenicidad”.
De acuerdo al autor principal del estudio, el virólogo Mohsan Saeed, “este es un trabajo importante que muestra que la proteína espiga solo tiene una contribución mínima a la menor patogenicidad de ómicron, y que las mutaciones en otra proteína, NSP6, juegan un papel esencial”.
“Esto nos brinda un nuevo y emocionante concepto para futuras vacunas y terapias: si sabemos cómo debilitar el virus, podemos combatirlo mejor”, añadió.
Sobre este estudio, Jonathan Li, profesor de médica de Harvard, que este tipo de investigación tiene el potencial no solo de predecir qué variantes podrían conducir a nuevas oleadas de infección, sino también de identificar objetivos para nuevas terapias contra la COVID-19, dijo.