Una de las razones por las que el COVID es más peligroso para unas personas que para otras podría estar oculta en la genética. Un estudio que comparó la respuesta de las personas en diferentes olas de contagios lo reveló recientemente.
La investigación, publicada en la revista Pearl J, comparó la respuesta inmunológica entre pacientes que tuvieron COVID en 2020 y a mitad de 2021, cuando llegó la variante Delta y disparó la tercera ola de casos. El resultado fue que la respuesta del organismo para producir células ‘T’ variaba según la portación de un gen, llamado HLA-A*01:01.
Las células ‘T’, según la investigación, contribuyen a la memoria y detección de virus para que el organismo reaccione y estos no afecten la salud. Estas células necesitan de las moléculas HLA-1, de donde se desprende HLA-A*01:01, para reconocer a los virus, ya que se les unen y las muestran de forma más clara.
El resultado de la investigación dio que la capacidad de producir genes o alelos HLA-1 y similares fue mayor contra COVID en la primera ola (producida entre mayo y agosto de 2020 e impulsada por la primera cepa del virus) que en la tercera (que ocurrió en la segunda mitad de 2021, impulsada por la variante delta).
La investigación señala que los genes HLA son únicos en las personas, por lo que los virus pueden afectar en distintos grados, ya que su producción de células ‘T’ varían.
El estudio atribuye que el hecho de que este alelo se presentara con menor frecuencia entre la primera y tercera ola de COVID es porque los organismos desarrollaron una amplia respuesta de células ‘T’ frente al virus.
Una de las sugerencias de la investigación es que las personas que portaban en específico el alelo HLA-A*01:01 tenían una mejor respuesta contra el virus a comparación de otras personas, ya que este la infección era leve o asintomática.
La razón por la que se redujo este alelo en el organismo de las personas era porque ya habían sido contagiadas de COVID en la primera ola.
Puedes leer la investigación completa en este enlace.