Se estima que entre 16 y 30 por ciento de la población mexicana padece síndrome de colon o intestino irritable, mejor conocido como colitis.
La colitis se define como un dolor o molestia abdominal acompañado de alteraciones en la frecuencia o forma de las evacuaciones e inflamación durante al menos tres días al mes en los últimos tres meses, sin causa orgánica que lo justifique.
Muchos pacientes pueden vivir con estos síntomas sin atención médica; sin embargo, una colitis mal manejada puede agravarse y presentar diarrea con sangre y pérdida de peso, e incluso llevar a la muerte.
Actualmente, la colitis únicamente puede ser controlada; es decir, no se cura. Sin embargo, hay decenas de científicos trabajando en un medicamento que pueda controlar esta enfermedad.
¿Una cura para la colitis?
Entre ellos se encuentran científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes demostraron experimentalmente que el cuachalalate y la chupandilla regeneran el intestino dañado y disminuye los síntomas de la colitis.
Y no solo eso, de acuerdo con estudios experimentales de un grupo de investigadores de la FES Iztacala, estas dos plantas originarias de México prometen curar la colitis.
La investigación fue realizada por el doctor Marco Aurelio Rodríguez Monroy, jefe del Laboratorio de Investigación Biomédica en Productos Naturales de la carrera de Medicina, con la colaboración de la doctora Margarita Canales Martínez, jefa del Laboratorio de Farmacognosia, de la carrera de Biología.
“Hay medicamentos que disminuyen la inflamación y la distensión abdominal, pero no curan la colitis. Como el tratamiento es largo y caro (los medicamentos no forman parte del cuadro básico del sistema público de salud), el paciente lo abandona. Se generan entonces otros males: náuseas, vómito, dolor de cabeza y flatulencias”, afirmó Rodríguez Monroy a UNAM Global.
Sin embargo, la investigación del experto de la UNAM demostró que los extractos de cuachalalate y chupandilla disminuyen el daño y la sintomatología que ocurre en el intestino; es decir, la arquitectura del intestino dañado se regenera, no hay pérdida de peso y desaparece el sangrado, aunque puede haber casos de diarrea.
Cuachalalate y medicina tradicional
El cuachalalate y la chupandilla forman parte de la medicina tradicional mexicana. En el mercado de Sonora la gente compra ambas plantas para curar sus males estomacales.
Pero su uso es ancestral: poblaciones originarias del valle de Tehuacán-Cuicatlán, ubicado en la frontera de los estados de Puebla y Oaxaca, utilizan infusiones de esas plantas con el mismo fin curativo.
En ese valle desértico, famoso por su gran diversidad de cactáceas, la doctora Margarita Canales Martínez ha entrevistado a sus pobladores sobre las plantas que utilizan para curarse. Luego ella colecta las plantas y analiza su composición química.
Después de un censo y sesiones de preguntas, dice Rodríguez Monroy, “llegamos a la conclusión de que para cualquier problema estomacal, la gente del valle de Tehuacán-Cuicatlán utiliza el cuachalalate y la chupandilla”.