La infección por COVID-19, incluido el COVID prolongado, se asocia a un mayor riesgo a corto y largo plazo de enfermedades cardiovasculares y mortalidad, confirmó un estudio publicado en enero de 2023.
Investigaciones previas habían señalado la incidencia de enfermedades cardiovasculares como miocarditis, pericarditis, accidente cerebrovascular isquémico, arritmias y miocardiopatía en pacientes con COVID-19 durante momentos críticos de la enfermedad; incluso semanas después.
Sin embargo, para este artículo, científicos dieron seguimiento a pacientes infectados con SARS-CoV-2 durante 18 meses, para medir la posibilidad de que el COVID-19 acelere el riesgo de complicaciones cardiovasculares.
¿Cuáles fueron los resultados?
Los hallazgos de este estudio, publicado en la revista Cardiovascular Research de la Sociedad Europea de Cardiología, identificaron un aumento significativo en el riesgo asociado con varias complicaciones cardiovasculares en pacientes con COVID-19 en contraste con los que no padecieron la enfermedad.
Las complicaciones cardiovasculares que ocurren comúnmente en pacientes con COVID-19 incluyen:
- Lesión miocárdica (21 por ciento de los pacientes).
- Arritmia (10.4 por ciento de los pacientes).
- Insuficiencia cardíaca (2.8 por ciento de los pacientes) en entornos agudos).
Asimismo, de acuerdo con estudios previos, los pacientes identificados con COVID-19 grave se asociaron con mayores riesgos de desarrollar una enfermedad cardiovascular y mortalidad que aquellos con enfermedad no grave.
Los riesgos de los resultados cardiovasculares fueron evidentes tanto en pacientes masculinos como femeninos.
A corto plazo (fase aguda), los pacientes varones generalmente se asociaron con un riesgo relativamente mayor de desarrollar la mayoría de las complicaciones cardiovasculares y enfrentar mortalidad que los pacientes femeninos.
Mientras que, a largo plazo, ambos sexos demostraron una probabilidad aproximadamente similar de desarrollar resultados, incluidas las principales enfermedades cardiovasculares y mortalidad.
“Estos hallazgos sugieren que el monitoreo continuo de signos y síntomas de enfermedades cardiovasculares y complicaciones cardiovasculares relacionadas en pacientes con COVID-19 después de la infección y hasta al menos un año después de la recuperación, especialmente en aquellos con enfermedad grave, puede ser beneficioso para reducir potencialmente la morbilidad y mortalidad cardiovascular asociada a COVID-19 a corto y largo plazo”, afirma el estudio.
En conclusión, este estudio demuestra que los pacientes con COVID-19 están asociados con mayores riesgos de enfermedad cardiovascular y mortalidad después de la infección (fase aguda).
Estos riesgos siguen aumentando incluso hasta un año después de la recuperación y están asociados con COVID prolongado.