Salud

‘Dormir nunca fue una opción: Así puedes evitar problemas en los riñones

Dormir lo suficiente hará que los riñones puedan ‘descansar’ y rendir de mejor manera durante más tiempo.

Mejorar el ritmo del sueño para lograr dormir lo suficiente, científicamente hablando, es importante para lograr una mejor salud física y mental. (Shutterstock)

Los riñones son los órganos responsables de filtrar los líquidos que ingerimos para aprovechar los beneficios y desechar mediante la orina lo que el cuerpo no necesita.

La función es básica para cualquier persona, pues, además de la eliminación de toxinas a través de la orina, células propias de los riñones tienen labores específicas para evitar infecciones o incluso, poseen propiedades que evitan la inflamación.

Es por ello que es de suma importancia cuidar estos órganos que pese a estar diseñados para ‘rendir’, el ritmo de vida y demás factores de cada persona pueden dañarlos, derivando en fallos renales o en enfermedades renales crónicas.

Acá entra en juego un punto relevante que pudiera no ser considerado al momento de buscar cuidar los riñones: dormir bien. Y es que, de acuerdo con el Departamento de Salud de Estados Unidos, dormir entre 7 y 8 horas cada noche, puede ayudar a mejorar la presión arterial y la cantidad de azucar en la sangre, dos puntos a tomar en cuenta para el cuidado del riñón.


Además, mejorar el ritmo del sueño para lograr dormir lo suficiente, científicamente hablando, es importante para lograr una mejor salud física y mental en general.

¿Qué hacer para cuidar los riñones?

A fin de mejorar la calidad de vida del paciente y ayudar al cuidado renal del mismo, el Departamento de Salud de EU a través del Instituto de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, informa sobre una serie de medidas cautelares para evitar enfermedades renales, como las siguientes:

  • Controlar la presión arterial.
  • Mantener en parámetros el nivel de azúcar en la sangre en caso de ser diabético.
  • Tome medicamentos prescritos en caso de ser necesario.
  • Buscar una dieta o plan de alimentación para balancear lo que se ingiere.
  • Realizar actividad física con frecuencia.
  • Aspirar a tener un peso saludable.
  • Dormir lo suficiente.
  • Dejar de fumar.

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