Con el número de casos de COVID-19 en niveles bajos, ¿es necesaria un refuerzo de vacuna adicional? La Organización Mundial de la Salud (OMS) respondió (hasta cierto punto) esta pregunta al revisar su política sobre la inmunización contra el virus SARS-CoV-2.
El Grupo Asesor Estratégico de Expertos en Inmunización de la agencia actualizó sus guías sobre el uso de las dosis tomando en cuenta el impacto de la variante ómicron y el alto nivel de inmunidad ganado alrededor del mundo gracias a las infecciones y a la vacunación.
Para esta nueva guía, la OMS consideró aspectos como:
- La rentabilidad de vacunar contra COVID-19 a personas de grupos de bajo riesgo (niñas, niños y adolescentes sanos, por ejemplo)
- Cada cuánto tiempo aplicar los nuevos refuerzos de vacuna COVID
- El contexto actual de las variantes COVID
¿Quiénes sí deben recibir refuerzos de vacuna COVID?
La comisión de la OMS enfatizó que las personas del grupo de más alto riesgo deben recibir un nuevo refuerzo de vacuna COVID 6 o 12 meses después de la última dosis.
Entre quienes están considerados en ese grupo están:
- Personas adultas mayores
- Adultos jóvenes con comorbilidades significativas (diabetes y enfermedades del corazón, por ejemplo)
- Personas con condiciones inmunocomprometidas (pacientes con VIH y receptores de trasplantes)
- Personas embarazadas
- Trabajadores sanitarios
Con la recomendación, señaló la OMS, la meta es que los países tengan planes a mediano y largo plazo para continuar sus campañas de vacunación.
¿Quién ya no deberían recibir refuerzos de vacuna?
El Grupo Asesor Estratégico de Expertos en Inmunización consideró que los gobiernos de todo el mundo deben de cambiar el uso de sus refuerzos de vacuna en los grupos de mediano y bajo riesgo.
“Aunque los refuerzos adicionales son seguros para este grupo de mediano riesgo, (los refuerzos) no se recomiendan den forma rutinaria, dados los retornos comparativamente bajos para la salud pública”, abundó.
Dado el bajo riesgo de enfermar de COVID para los y las niñas sanos y adolescentes de entre 6 meses a 17 años, la OMS urgió a los países a “considerar la vacunación a este grupo de edad en factores contextuales, como la carga de la enfermedad, la rentabilidad y otras prioridades sanitarias o programáticas y costos de oportunidad”.