La metadona es un narcótico sintético cuyo uso es legal para combatir la adicción a drogas como el fentanilo. Otro de sus usos es para aliviar dolores fuertes en pacientes con cáncer o enfermedades terminales.
La metadona se comercializa en Estados Unidos desde 1947; sin embargo, su uso se ha popularizado en los últimos años, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Dicha tendencia se atribuye a que es una droga de fácil acceso y que se emplea también como analgésico para aliviar dolores crónicos.
La metadona se vende en forma de tableta, solución oral y también está disponible en forma de inyección.
Cuando se usa como tratamiento para la adicción a los narcóticos, esta sustancia elimina los síntomas de abstinencia durante un lapso de entre 24 y 36 horas.
¿Quiénes usan la metadona?
Una encuesta realizada por la Universidad de Michigan describe que el abuso de la metadona entre los estudiantes de bachillerato va en aumento.
“Casi el 1 por ciento de los estudiantes de último año de la enseñanza media en los Estados Unidos abusaron de la droga al menos una vez en la vida”, añade el estudio.
Además, el abuso de la metadona es ilegal pues se trata de una sustancia incluida en la Lista II de la Ley de Sustancias controladas.
En la misma categoría están la cocaína y la metanfetamina debido a que tienen gran potencial de sobredosis pues conducen a que las personas desarrollen dependencia psicológica o física.
¿Cuáles son los riegos por el abuso de la metadona?
Quienes abusan de la metadona tienen la posibilidad de desarrollar dependencia física a la droga y cuando dejan de usarla experimentan síntomas de abstinencia, entre ellos algunos de los siguientes:
- Temblores musculares.
- Náuseas.
- Diarreas.
- Vómitos.
- Espasmos abdominales.
La sobredosis de metadona también se relaciona con depresión respiratoria severa, reducción del ritmo cardiaco y de la presión arterial, coma y la muerte.