El 13 de julio es el Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Se trata de uno de los padecimientos del desarrollo más frecuente en los niños, el cual interviene en su ámbito social y escolar.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) explican que las personas con TDAH tienen problemas para prestar atención, controlar conductas impulsivas o son demasiado activos.
Este trastorno no tiene cura, pero sí se controla y algunos de los síntomas mejoran conforme el niño crece.
¿Cuáles son los síntomas del TDAH?
Hay algunas señales que se presentan en distintos contextos y lugares como la casa, escuela, con amigos y con familiares.
Los CDC detallan que los niños con posible diagnóstico de TDAH presentan los siguientes síntomas y conductas:
- Fantasean mucho.
- Olvidan cosas con frecuencia.
- Se retuercen o mueven nerviosamente.
- Hablan mucho.
- Cometen errores por descuido.
- No resisten la tentación.
- No respetan los turnos.
- Dificultades para llevarse bien con otros.
¿Cuáles son las causas del TDAH?
Hay creencias populares de las posibles causas del TDAH como que este se origina al comer mucha azúcar o ver demasiada televisión.
Los científicos todavía analizan los factores de riesgo y causas del TDAH, aunque algunas investigaciones demuestran que la genética es un factor importante.
Otras posibles causas y factores de riesgo son: una lesión cerebral, exposición a algunos metales, consumo de alcohol o tabaco en el embarazo, parto prematuro y bajo peso al nacer, según los CDC.
¿Cómo se diagnostica el TDAH?
El diagnóstico es un proceso que tiene varios pasos y no hay un único examen o análisis para tener la certeza de que un niño padece este trastorno, explican los CDC.
Hay otros problemas como la ansiedad, depresión y otros trastornos cuyos síntomas se confunden en ocasiones con el TDAH.
Los exámenes médicos incluyen pruebas auditivas y de la visión, también reunir los antecedentes del niño por parte de sus padres.