Alrededor de 200 millones de personas contraen malaria al año. Solo en 2018, casi 400 mil personas murieron a causa de esta enfermedad. ¿Por qué es tan difícil detenerla?
De acuerdo con un artículo publicado en la revista de divulgación científica New Scientist, el poder que tiene la malaria se debe a que el principal parásito que la causa ha desarrollado una estrategia para esconderse sin ser detectado en la sangre de los portadores.
"La malaria es causada por cinco especies del parásito Plasmodium, la más letal es Plasmodium falciparum. El parásito infecta los glóbulos rojos humanos y se replica en su interior, lo que provoca síntomas que incluyen fiebre y dolores musculares", explica el artículo.
La mayoría de los casos de malaria se presentan durante la temporada de lluvias, que en algunas partes de África occidental ocurre entre julio y diciembre. ¿La razón? El Plasmodium falciparum se reproduce fácilmente en ese ambiente porque los mosquitos que pueden transmitir la enfermedad de persona a persona son abundantes.
Pero en la temporada de lluvias no termina todo lo que tiene que ver con el parásito que causa la malaria. De acuerdo con científicos citados por New Scientist, en temporada de secas, el Plasmodium falciparum altera su expresión genética de una manera que puede sobrevivir sin ser detectado en el torrente sanguíneo humano, y listo para atacar de nuevo cuando regresan las lluvias.
Los investigadores estudiaron a 600 personas en Mali. Durante las temporadas de lluvias de 2017 y 2018 se registraron 386 y 347 respectivos casos diagnosticados de malaria con fiebre. Mientras que, en las estaciones secas, solo se diagnosticaron 12 casos con fiebre en 2017 y cinco casos en 2018.
Lo anterior, explican los científicos, se debe a que durante el tiempo de secas, el parásito permanece en niveles tan bajos que rara vez causa síntomas de enfermedad o provoca una respuesta del sistema inmunológico de la persona portadora.