Las brechas globales en el acceso a las vacunas contra el COVID-19 están generando preocupaciones de que la continua propagación del coronavirus generará versiones más peligrosas del patógeno, lo que debilitaría las armas médicas y dañaría aún más las economías.
En una carrera por ponerse al día con las variantes emergentes de coronavirus, los países ricos ya se están beneficiando de vacunas potentes. Mientras que Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea han proporcionado a los ciudadanos más de 24 millones dosis hasta ahora, más de la mitad de las vacunas administradas a nivel mundial, un gran número de países aún no han comenzado sus campañas de vacunación.
Las disparidades en la inmunidad representan una amenaza tanto para los países que tienen dinero como para los que no tienen. Darle al coronavirus la oportunidad de avanzar y generar nuevas mutaciones tendría consecuencias económicas y de salud pública significativas, lo que agravaría las consecuencias cuando el número de muertos ya supera los 2 millones.
Pronóstico de crecimiento
"No podemos dejar partes del mundo sin acceso a las vacunas porque eso va a traernos consecuencias", dijo Charlie Weller, jefa de vacunas de la fundación de investigación sanitaria Wellcome. "Eso pone en riesgo a todos en todo el mundo".
Los países dependen de vacunas efectivas para salvar vidas y reactivar las empresas. La proyección del Banco Mundial de un crecimiento de 4 por ciento este año depende del despliegue generalizado de vacunas. El aumento de los casos de COVID y un retraso en la administración de las inoculaciones podrían limitar la expansión a solo 1.6 por ciento.
Los países de altos ingresos han asegurado 85 por ciento de las existencias de la vacuna de Pfizer y todas las de la vacuna de Moderna, según la firma de investigación con sede en Londres Airfinity. Gran parte del mundo contará con la inoculación de la farmacéutica británica AstraZeneca, cuya vacuna es más barata y fácil de distribuir, junto con la de otros fabricantes como el chino Sinovac Biotech.
Al menos 49 países de ingresos más altos están administrando vacunas contra el COVID, en comparación con un país de ingresos más bajos que informa las primeras 25 dosis, según el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
"No 25 millones. No 25 mil. Solo 25", dijo este lunes en una reunión. Un número creciente de países están intensificando sus propios acuerdos de suministro, además de participar en una colaboración global conocida como Covax (Centro de Acceso Global a Vacunas COVID-19).
Futuras mutaciones
La urgencia aumenta a medida que la pandemia se extiende hacia un segundo año. Las nuevas variantes que surgieron en el Reino Unido, Sudáfrica y Brasil parecen extenderse significativamente más rápido que las versiones anteriores. Solo en el último mes, "se ha abierto una nueva dimensión de riesgo para el mundo", dijo Rajeev Venkayya, presidente del negocio de vacunas de Takeda Pharmaceutical.
El principal impulsor del despliegue rápido de las vacunas ha sido disminuir las muertes y las enfermedades, dijo Venkayya, quien trabajó en el Gobierno de George W. Bush en el desarrollo de un plan contra la gripe pandémica en Estados Unidos y dirigió la entrega de vacunas para la Fundación Gates.
"Ahora entendemos que también es muy, muy importante controlar la transmisión", dijo, "no solo para proteger a las poblaciones más vulnerables, sino también para reducir el riesgo evolutivo asociado con este virus".
Si bien no hay evidencia que sugiera que las vacunas actuales no sean efectivas contra esas variantes, las futuras mutaciones pueden ser menos receptivas, dijo Welller de Wellcome.
Los fabricantes de medicamentos dicen que podrían ajustar sus vacunas para contrarrestar nuevas variantes en cuestión de semanas si es necesario. La probabilidad de que tales adaptaciones sean necesarias ha aumentado, dijo Venkayya.
"Mientras más tiempo se permita que el virus continúe propagándose en diferentes partes del mundo donde no tenemos una vacuna", dijo Anna Marriott, asesora de políticas de salud del grupo contra la pobreza Oxfam, "mayor es el peligro de que las nuevas variantes puedan ser más agresivas, más virulentas o transmisibles".
Brecha de efectividad
"La brecha no se trata solo del acceso a las vacunas", dijo Yanzhong Huang, miembro sénior de salud global del centro de estudios Council on Foreign Relations. "También se trata del acceso a vacunas efectivas".
Si bien aún no hay claridad, es probable que las vacunas aprobadas sean igualmente efectivas para prevenir enfermedades graves y la muerte, dijo Venkayya de Takeda. Donde podrían divergir es en los efectos secundarios, la duración de la protección y el impacto en la transmisión, un factor aún más crítico a la luz de las nuevas variantes, dijo.
Si las vacunas menos efectivas se distribuyen a los mercados emergentes, también podría tener implicaciones económicas significativas y "agudizar las diferencias en los resultados de la pandemia entre países", dijo Justin-Damien Guenette, economista sénior del Banco Mundial, en un correo electrónico.
Los defensores de las vacunas han pedido a los países ricos que compartan mientras impulsan a las empresas a aumentar la capacidad de fabricación. Si bien es algo incipiente, las tendencias son preocupantes, aseveró Venkayya.
"El éxito se define en cómo llevar las vacunas a las personas de todas partes", dijo, "y aún no tenemos éxito en ese esfuerzo".