Salud

Distanciamiento social: el COVID-19 trajo también otros riesgos para la salud de adultos mayores

Aunque han seguido las recomendaciones para quedarse en casa, esto ha significado para ellos la desconexión con seres queridos, falta de actividad, depresión y ansiedad.

Mientras que los casos de coronavirus aumentan de nuevo, puede ser difícil para los adultos mayores ver el fin de la necesidad del aislamiento social y la soledad que esto conlleva.

Durante meses, han estado siguiendo los consejos de salud pública para reducir el riesgo de exposición al virus quedándose en casa, sabiendo que una infección puede tener complicaciones potencialmente mortales. Pero refugiarse en casa también ha significado mantenerse alejado de la familia, los amigos y los lugares que los mantenían activos y comprometidos.

Inadvertidamente, las pautas de seguridad por el COVID-19 para autoaislarse han creado nuevos riesgos para la salud, al dejar a muchos adultos mayores aún más aislados e inactivos socialmente que antes.

Como codirectores del Centro de Salud y Envejecimiento de la Población de Texas A&M, hemos estado examinando la conexión social en la vejez y los efectos perjudiciales del aislamiento social, así como la soledad en la salud física y mental.

Nos preocupa la paradoja de las directivas gubernamentales para el distanciamiento físico que protegen a los adultos mayores del COVID-19, pero que en realidad podrían dar lugar a un mayor aislamiento social.

Creemos que los funcionarios de salud pública deben observar de cerca este riesgo potencial en sus mensajes e identificar estrategias para minimizar las consecuencias no deseadas.

Cómo el aislamiento social puede dañar la salud humana

Incluso antes de que la pandemia comenzara, los estudios nacionales indicaban que casi una cuarta parte de los adultos mayores estadounidenses estaban socialmente aislados y aproximadamente un tercio de los adultos de mediana edad y mayores experimentaban soledad.

Tener pocas conexiones sociales y sentirse aislado se ha asociado con una miríada de afecciones relacionadas con la salud, incluidas trastornos. El aislamiento social ahora se ve como un factor de riesgo de muerte prematura, similar al tabaquismo, la inactividad física o la obesidad.

El distanciamiento social durante la pandemia nunca tuvo la intención de frustrar las conexiones sociales, pero muchos miembros de la familia, amigos y vecinos de adultos mayores se mantienen alejados de ellos para evitar exponer a sus seres queridos al virus.

Si bien eso protege a los adultos mayores de algún riesgo para la salud, las interacciones físicas limitadas reducen los sentimientos de conexión con los demás. También puede exacerbar otros riesgos para la salud.

Sin frecuentes y significativas interacciones sociales y estimulación, el funcionamiento cognitivo de los adultos mayores puede disminuir. A medida que pasan los días de aislamiento, los adultos mayores son especialmente susceptibles a la depresión y a la ansiedad, e incluso a los pensamientos suicidas.

Permanecer en casa también hace que sea más difícil participar en estilos de vida saludables, incluida la actividad física y comer bien.

Sin ejercicio, los músculos pueden debilitarse, dejando a los adultos mayores más propensos a caerse. La inactividad también puede provocar aumento de peso y otros problemas de salud, incluida la disminución de la capacidad cardíaca y pulmonar. El acceso a alimentos saludables también es necesario para mantenerse en forma y para prevenir y controlar afecciones crónicas.

Si bien no todos verán los mismos impactos, los adultos mayores más probablemente afectados son aquellos que ya experimentaban aislamiento social, viven solos o tienen recursos financieros limitados, así como aquellos con múltiples dolencias físicas, problemas de salud mental y problemas de memoria.

¿Qué pueden hacer los adultos mayores?

Si bien la demanda inmediata de detección, pruebas y tratamiento de COVID-19 ha dificultado que las organizaciones de atención médica y de envejecimiento se comuniquen con adultos mayores, muchos aún ofrecen oportunidades para que ellos puedan participar en una variedad de formas significativas dentro de sus hogares o comunidades, y para conectarse con recursos útiles, servicios y programas.

Algunos estados, como Iowa, han establecido programas gratuitos para conectar a los residentes aislados con consejeros y grupos de apoyo por teléfono y en línea durante la pandemia.

Los adultos mayores también pueden tomar medidas por su cuenta para mantenerse activos y comprometidos:

1. Planea tu día. Si bien los días pueden parecer interminables, mantente al día con las rutinas diarias como levantarte de la cama, vestirte y participar en pequeñas actividades. La planificación del tiempo para tomar clases en línea, hacer llamadas con amigos, lectura, rompecabezas, cocina, jardinería o reparaciones en el hogar puede dar sentido a los días.

2. Mantente físicamente activo. Encuentra ejercicios que se puedan hacer en casa o cerca en el vecindario , como caminar. Existen muchos programas de promoción de la salud y de actividad física virtual y en línea, que pueden fomentar de forma remota el compromiso y la conexión con los demás.

3. Conoce el riesgo. Utiliza la herramienta Connect2Affect de la Fundación AARP para evaluar el riesgo de estar aislado socialmente y consulta el directorio de asistencia local para obtener los servicios de asistencia que puedas necesitar.

4. No tengas miedo de salir de casa, pero hazlo sabiamente. Las nuevas pautas de los CDC enfatizan lo que los adultos mayores pueden hacer para mantenerse seguros al salir de casa.

Por ejemplo, cuando salgas a la calle, realiza acciones preventivas cotidianas: carga contigo mascarillas para cubrir tu rostro, así como desinfectante para manos; alienta a otros a usar revestimientos faciales de tela cuando estén en público; y evita el contacto cercano con otras personas que no usan cubrebocas en la medida de lo posible.

5. Piensa en los demás. Comunícate regularmente con otras personas que necesiten escuchar una voz amigable por teléfono. Se ha demostrado que el voluntariado tiene muchos beneficios positivos para la salud, y existen oportunidades en línea para hacerlo.

6. Acepta la ayuda de otros. Muchas personas y organizaciones están trabajando arduamente para mantener a las personas mayores socialmente conectadas. Permanece abierto a aceptar la amabilidad y el apoyo de familiares, amigos, proveedores de atención médica y agencias de servicios sociales.

Estrategias para una respuesta más saludable

A pesar de la actual pandemia de COVID-19 y la necesidad de distanciamiento social, hay formas de ayudar a los adultos mayores a mantenerse conectados.

Las llamadas telefónicas y las plataformas en línea ofrecen a los adultos mayores formas de conectarse de manera segura con sus pares y profesionales, así como con amigos y familiares. El aprendizaje en línea y el voluntariado basado en Internet también pueden proporcionar interacción y estimulación intelectual.

Para los adultos mayores, mantenerse saludable y seguro también significa estar socialmente conectado mientras se siguen las recomendaciones de salud pública. Los esfuerzos de salud pública para detener la propagación de COVID-19 también deben tener en cuenta la importancia de la conectividad social para mantener la salud física y mental de los adultos mayores.

La nota original la encuentras en la siguiente liga:

Por Marcia G. Ory, profesora de salud ambiental y ocupacional de la Universidad de Texas A&M, y Matthew Lee Smith, codirector del Centro de Salud y Envejecimiento de la Población de Texas A&M, para The Conversation.

*The Conversation es una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos.

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