La estrategia de "hágase la prueba" que ayudó a Corea del Sur a contener el coronavirus se ha topado con un obstáculo imprevisto: la homofobia.
Ante un brote vinculado a clubes gay en el centro de Seúl, las autoridades de salud intentan hacer un seguimiento de más de 5 mil 500 personas que visitaron los bares entre el 24 de abril y el 6 de mayo. Pero más de la mitad aún no se ha identificado, mientras que las infecciones vinculadas a los bares continúan aumentando.
Este lunes, las autoridades de salud informaron de 86 casos hasta ahora, con 35 fuera de la ciudad.
La propagación supone la mayor amenaza hasta el momento en el éxito de la nación asiática en la contención de la epidemia a través de pruebas rápidas y generalizadas.
En lugar de imponer restricciones estrictas al movimiento de las personas y la actividad empresarial, Corea del Sur ha confiado en su programa de pruebas, que permitió a los funcionarios identificar y aislar a las personas infectadas antes de que puedan transmitir el patógeno a otros.
La estrategia se basó en la voluntad de las personas de someterse a pruebas y ofrecer información personal voluntaria, y durante meses funcionó. Desde finales de abril hasta el brote más reciente, Seúl redujo el número de nuevos casos diarios a uno o dos, y a veces a cero.
Sin embargo, un nuevo brote ha surgido entre una multitud de personas que podrían no querer ser identificadas. Las personas homosexuales tienen pocas protecciones legales en Corea. Según una encuesta de Gallup de 2017, el 58 por ciento de los coreanos están en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo, incluido el presidente, que hizo de su oposición parte de su campaña.
Después de que el Gobierno coreano revelara en sus alertas los nombres de los bares que el paciente con coronavirus había visitado, se registraron comentarios anti-homosexuales en la página de Facebook de King Club, con sede en Seúl.
"Hay un nivel considerable de discriminación y hostilidad contra la homosexualidad", mencionó Kwak Hye-weon, que coescribió un estudio sobre los efectos de la homofobia en el sistema de salud del país en 2019.
"Eso hace que las posibles víctimas de la infección sean más propensas a ocultarse en lugar de presentarse voluntariamente para las pruebas".
Kwak también señaló que los asistentes al club podrían haber pagado en efectivo para permanecer en el anonimato, lo que dificulta el seguimiento a través de transacciones financieras.
Los sitios de pruebas móviles del país servir de ayudar. A finales de febrero, cuando estalló un grupo de casos en la ciudad de Daegu vinculados a una secta religiosa, los funcionarios de salud alentaron a las personas preocupadas por el estigma a hacerse la prueba de esa manera, comentó Ki Moran, epidemióloga del Centro Nacional del Cáncer.
"Creo que deberían hacer lo mismo esta vez para evitar lo peor y ayudar a los posibles pacientes a hacerse la prueba alejados de la vista pública", afirmó.
Los funcionarios de salud han prometido que no pedirán ni revelarán demasiada información personal si las personas se presentan. Las víctimas "no necesitan especificar el club que visitaron", detalló Yoon Tae-ho, que dirige políticas de salud pública en el Ministerio de Salud y Bienestar. "Solo díganos que estaba en el mismo distrito y quiere hacerse la prueba, gratis".
"Un día de indecisión costará a toda la comunidad un mes completo antes de poder volver a la vida diaria normal", agregó.