Moderna informó este lunes que su vacuna contra COVID-19 protege contra variantes emergentes del coronavirus, pero está tomando la precaución de probar una posible dosis de refuerzo contra la cepa descubierta en Sudáfrica.
El presidente ejecutivo de la firma, Stephane Bancel, dijo que la medida fue por "una gran cantidad de precaución" después de que las pruebas de laboratorio preliminares sugirieran que su inyección producía una respuesta inmune más débil a esa variante.
Los fabricantes de vacunas han estado probando sus inyecciones contra las cepas mutadas, incluidas dos que surgieron por primera vez en Reino Unido y Sudáfrica. En un estudio realizado con los Institutos Nacionales de Salud, Moderna usó muestras de sangre de ocho receptores de dosis y algunos monos inmunizados en pruebas de laboratorio contra los virus mutados.
La vacuna fue eficaz contra ambas variantes, pero los investigadores encontraron una caída de seis veces en los niveles de "anticuerpos neutralizantes" contra la cepa de Sudáfrica.
Moderna destacó que, aunque los niveles aún eran protectores, ha comenzado a desarrollar una vacuna de refuerzo dirigida a esa nueva cepa, llamada variante B.1.351. Además, probará si podría ser útil simplemente administrar una dosis adicional de la vacuna original.
Pfizer, que fabrica una vacuna COVID-19 similar, ha informado anteriormente que su inyección también parece efectiva contra la cepa de Reino Unido, pero otra investigación ha suscitado dudas sobre la variante de Sudáfrica.