Carmen tenía 44 años cuando empezó a ganar peso y a estar más apática y triste de lo habitual. Sus compañeras de trabajo lo achacaban a "esa edad de las mujeres" y a la menopausia. Aunque cada vez estaba peor, nadie le daba importancia.
Cuando Carmen empezó a ir al gimnasio, le fue bien, pero seguía triste. Su familia le recomendaba hacer dieta, "que cada vez estaba engordando más". Pero no era capaz. El cansancio, el estreñimiento, la piel seca y el cabello quebradizo no tardaron en aparecer. Cada vez le costaba más concentrarse.
Muy preocupada, fue al centro de salud. Analítica de control y, ¡eureka! Por fin se supo la causa de su situación: hipotiroidismo primario.
Hipotiroidismo
El hipotiroidismo es el problema más habitual del tiroides, una glándula que se encuentra en el cuello. Es más común en mujeres y el riesgo de tenerlo se incrementa con la edad.
El tiroides libera las hormonas T3 y T4, las encargadas de regular el metabolismo. La liberación de ambas, a su vez, la regula la hormona estimulante del tiroides (TSH).
Si los niveles de TSH en sangre están elevados, probablemente algo suceda en la glándula tiroides. Principalmente porque no produce T3 y T4 en cantidades adecuadas.
Principales causas del hipotiroidismo primario
El hipotiroidismo primario suele estar causado, entre otras, por las siguientes causas:
*La más habitual es la Tiroiditis de Hashimoto, una enfermedad auto-inmune. Esta hace que se generen anticuerpos que atacan a la glándula tiroidea.
*Una extirpación quirúrgica parcial o total de la glándula tiroides, por presencia de nódulos o de carcinoma.
*El efecto secundario de yodo radioactivo o de la radioterapia.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas más habituales del hipotiroidismo son fatiga, somnolencia, aumento de peso, mialgias (dolores musculares), artralgias (dolores artículares) o disminución de la frecuencia cardiaca. También arritmias, alteración de la fertilidad, depresión, disfunción sexual, hipertensión artierial diastólica o hipercolesterolemia.
En múltiples estudios se ha observado que las mujeres con hipotiroidismo presentan una mayor prevalencia de disfunciones sexuales y alteración del estado de ánimo.
El tratamiento habitual: la levotiroxina
El tratamiento más común del hipotiroidismo es la levotiroxina. Suele ser muy eficaz para la mayoría de los síntomas, al normalizar los niveles de TSH. Es una medicación barata y con escasos efectos secundarios.
Tras el inicio del tratamiento, se suelen realizar análisis de control a las 6 u 8 semanas. Así se verifica que los niveles sanguíneos sean los adecuados. Después, se repiten los análisis a los 6 meses. Si siguen siendo correctos, se realizarán controles cada año.
La levotiroxina no provoca efectos secundarios importantes. Ahora bien, si se toma en mayor cantidad de la recomendada, puede provocar taquicardias, temblores o insomnio. De ahí la importancia de hacerlo en la dosis adecuada. También diariamente y en ayunas (al menos 4 horas con el estómago vacío).
En general, si el tratamiento se sigue de forma correcta, la sintomatología suele disminuir de forma rápida, permitiendo a las personas hipotiroideas seguir con su vida adecuadamente.
Ahora bien, si se toma levotiroxina y se consiguen niveles de TSH normales, ¿desaparecen todos los problemas? Aunque la mayoría de los síntomas importantes suelen disminuir, algunos no cesan totalmente.
Una investigación reciente de la Universidad de Castilla La Mancha (UCLM) ha analizado la función sexual), los estados de ánimo (depresión y ansiedad) y calidad de vida de mujeres diagnosticadas de hipotiroidismo primario.
Mujeres, además, que llevaban tomando levotiroxina al menos 6 meses y ya presentaban niveles de TSH normales. Los datos se compararon con los de las participantes que no tenían patología alguna.
Sexualidad
Los resultados mostraron que, frente al 16.4 por ciento de mujeres sin patologías, el 31.6 por ciento de mujeres hipotiroideas tenía disfunción sexual.
Los principales problemas reportados fueron la disminución del deseo, la lubricación y el orgasmo.
Estados de ánimo
La depresión y la ansiedad son los problemas predominantes en mujeres hipotiroideas. Estos suelen disminuir con la toma de levotiroxina.
En el estudio de la UCLM se vio cómo, a pesar de tomar el medicamento y presentar niveles hormonales normalizados, 13.1 por ciento de las participantes tenía depresión, y 29.1 por ciento, ansiedad. En las mujeres sin hipotiroidismo los porcentajes fueron 4.6 y 16.7 por ciento, respectivamente.
Debido a la pandemia por COVID-19, estos datos pueden incrementarse. De hecho, diferentes estudios están mostrando cómo la ansiedad y la depresión está aumentando. Sobre todo en mujeres.
Los profesionales de la salud deben conocer que, en mujeres hipotiroideas, la incidencia de disfunción sexual es alta. También que puede aumentar la posibilidad de depresión y ansiedad no diagnosticado. Incluso en aquellas que estén en tratamiento con levotiroxina.
En las revisiones anuales sería interesante hacer hincapié en estos aspectos para poder ser tratados. Un visión multidisciplinar (médicos, psicólogos, enfermeras, nutricionistas, sexólogos…) ante el hipotiroidismo podría ayudar a paliar mucha sintomatología.
Tomar de forma adecuada la levotiroxina, hacer ejercicio físico regularmente o tener hábitos alimenticios saludables, puede ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas con hipotiroidismo. También gestionar adecuadamente las emociones o realizar técnicas que disminuyan el estrés.
Ana Isabel Cobo Cuenca , Profesora Contratada doctora en la Universidad de Castilla la Mancha (UCLM). Grupo IMCU, Universidad de Castilla-La Mancha
Benjamín Romero Gómez , Doctorando en investigación sociosanitaria y de la actividad física, Universidad de Castilla-La Mancha
Juan Manuel Carmona Torres , Profesor Contratado Doctor Interino en la Facultad de Fisioterapia y Enfermería, Universidad de Castilla-La Mancha
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