Esta semana, el Gobierno federal explicó que las personas adultas mayores del país serán consultadas previo a que inicie su proceso de vacunación para saber si quieren ser inoculadas contra el COVID-19 o no.
El cuestionario (que puedes consultar en esta liga) será realizado por los llamados Servidores de la Nación, que son los funcionarios que realizan los censos de la Secretaría del Bienestar.
Y si bien una persona adulta mayor puede optar por no ser vacunada, ¿qué pasa si después cambia de opinión? ¿Perderá su derecho a una dosis COVID?
A estos cuestionamientos respondió Ricardo Cortés Alcalá, director general de Promoción de la Salud.
"El decir que no, no significa un no absoluto. Su vacuna ahí está, las vacunas están previstas y adquiridas para toda la población a la que se le puede aplicar la vacuna", remarcó.
En el caso de que una persona adulta mayor quiera revertir su decisión, el funcionario indicó que tiene la opción de regresar la llamada al Servidor de la Nación si el teléfono del adulto mayor tiene la opción de registrar llamadas.
Cortés agregó que esta encuesta también ayudará a las autoridades de Salud a analizar y, en su caso, desarrollar una estrategia especial informativa para fomentar que las personas se vacunen contra el nuevo coronavirus.
El funcionario subrayó que para lograr la 'inmunidad de rebaño', cerca de 70 por ciento de la población debe ser inoculada, es decir, alrededor de 88.2 millones de personas si tomamos como referencia el último dato del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) sobre la población de México.
"Si el porcentaje de personas que no quieren recibir la vacuna es mayor a este 30 por ciento, debemos de hacer una estrategia específica para darles la información", dijo.