CIUDAD DE MÉXICO. Carlos Salinas de Gortari, quien fuera presidente de México de 1988 a 1994, expuso esta tarde que tuvo el gran privilegio de ser amigo personal de Gabriel García Márquez (1927-2014), "por eso vine a darle el pésame a su viuda Mercedes", subrayó.
Luego de conversar cerca de una hora con la viuda del Nobel de Literatura 1982, Mercedes Barcha, en la residencia del Pedregal que fuera suya por cinco décadas, el exmandatario subrayó que "Gabo" se ganó su aprecio porque "fue un hombre cabal y certero en sus comentarios".
Impecablemente vestido, Carlos Salinas de Gortari, quien es licenciado en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y tiene estudios de alta formación en Harvard, donde se doctoró en Economía Política y Gobierno, manifestó que el fallecido escritor colombiano "siempre fue fiel a sus principios".
García Márquez, dijo, vivió como "un ser humano universal y de juicios acertados, y siempre buscó la concordia, a tal grado que en 1994 fue el enlace en las conversaciones entre el estadounidense Bill Clinton y el cubano Fidel Castro acerca de la crisis de los balseros", un problema interminable.
Reiteró que siempre fue un hombre a favor de la armonía, la concordia y el respeto a la diversidad. "Vine a darle el pésame a la señora Mercedes, a Rodrigo y a Gonzalo, sus hijos, y también a Mónica, su secretaria. Dentro de esta tristeza que tenemos todos, me alienta encontrar a la familia siempre unida".
Añadió que sin embargo y sin duda la familia "también está conmovida por el homenaje mundial que se le ha dado a este hombre universal que es García Márquez", y aprovechó para mandar desde aquí un pésame al pueblo colombiano, "porque nos permitió tener al colombiano más mexicano".
Recordó que entre 1988 y 1994 conversó varias veces con García Márquez, tanto en la residencia oficial de Los Pinos como en la casa del autor en Jardines del Pedregal.
"También charlamos ampliamente en Cuba y en Colombia", añadió el exmandatario mexicano, quien también lo recibió en su casa, en Tlalpan.
Frente a cámaras, micrófonos y grabadoras de los medios nacionales e internacionales que se encuentran de guardia en el Pedregal, Salinas de Gortari rememoró que el domingo 9 de agosto de 1994, el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, le llamó para saber sobre el estado de Cuba, durante la crisis de los balseros.
"Mi primera reacción fue 'si voy a tratar de saber qué pasa en Cuba, mi principal conducto es García Márquez'; y lo llamé por teléfono", anotó.
Recordó cómo, sin pérdida de tiempo, el escritor llegó a Los Pinos. "Tuve el honor de participar con Gabriel García Márquez en esa circunstancia que permitió el diálogo entre el Presidente Clinton y el Presidente Castro". Y acotó al decir que la amistad entre ellos dos siempre fue bastante sólida.
En ese marco, lo describió como "alguien con la cualidad de sumar, y quien jamás hablaba mal de nadie. No es que él se acercara al poder, es que el poder se acercaba a él, además, era muy ameno en la conversación y lo que decía tenía uno que repensarlo y reflexionarlo varias veces", añadió.
Posteriormente, Carlos Salinas de Gortari se despidió de los representantes de los medios de comunicación quienes, junto con algunos lectores y curiosos, permanecen en la calle frente al portón de la residencia de García Márquez. Dentro están su viuda, hijos y nietos, así como algunos familiares que han llegado de Colombia y otras naciones.