La felicidad es un factor determinante para que las personas gocen de buena salud y sean más productivas, es la conclusión a la que han llegado numerosos estudios científicos que han analizado la relación entre estas variables, por tanto podemos decir que la salud y productividad de una organización está íntimamente ligada a un indicador no muy atendido a nivel corporativo, como lo es la felicidad.
Una empresa feliz no es la que está libre de conflictos o desafíos, simplemente cuenta con individuos, que sin importar su lugar en el organigrama, trabajan de manera constructiva en el cumplimiento de objetivos comunes, encontrando sentido y satisfacción al hacer cosas de alta calidad. El resultado: consiguen más beneficios e impactan positivamente en la vida de los demás.
Desafortunadamente las empresas que se ajustan a este tipo de perfil son una minoría, el resto se apoya en el miedo, más que en la felicidad para motivar el cumplimiento de objetivos comerciales, por ejemplo: miedo a perder el trabajo o la participación de mercado y aunque esta medida puede funcionar de manera inmediata, en el largo plazo termina por enfermar a la organización y fomentar actitudes autodestructivas, de parálisis y desprecio hacia la organización.
Las emociones y el pensamiento humano están tan entrelazados, que el miedo puede estancarnos y el optimismo hacernos progresar. Por ello, una ventaja competitiva sostenible es la felicidad, la cual es difícil de copiar y permite de manera permanente innovar y entregar mejores resultados.
Para transformar una cultura corporativa destructiva y enferma hacia una cultura sana y feliz, es necesario instaurar y desarrollar las siguientes cualidades: Liderazgo, caracterizado por humildad, inclusión, inspiración, innovación y sinceridad. Talento, capacidad de adaptación, entusiasmo e inteligencia emocional. Se debe atender al desempeño
financiero y desarrollo de las personas por igual. Recompensar adecuadamente a los responsables del éxito de la organización. Asimismo tratar de forma excelente a todas las audiencias de una manera tal, que quieran compartir su experiencia. Fidelidad al propósito y al papel de la empresa en la sociedad.
Las ventajas de cultivar estas cualidades son, evitar crisis inducidas por el factor humano y aumentar la creatividad en el entorno laboral, de modo que el personal sienta pasión por su trabajo y el deseo de ser tan productivos como puedan. Y cómo lo que no se mide no se mejora, es crucial medir este atributo que bien orientado puede ser una vía para el éxito duradero de personas, organizaciones y la sociedad en su conjunto.