Al llegar a Madrid es inevitable observar las diversas construcciones que han dejado huella en la Corona de Castilla, tras la conquista por Alfonso VI de León y Castilla en 1083. Más adelante designada como sede de la Corte por Felipe II en 1561, convirtiéndose en la primera capital permanente de la monarquía española. Y es que los antiguos reyes de España reflejaron sus gustos en lo que ahora se ha convertido en símbolos de la urbe.
La Catedral de la Almudena, donde se llevan a cabo ceremonias reales; el Palacio Real, residencia oficial de los reyes de España, aunque los monarcas actuales no lo habitan; y el Teatro Real, la casa más importante de ópera en Madrid, la cual mandó a edificar la Reina Isabel II, son ejemplos con marca Real.
De igual forma, diversas plazas como la Mayor, centro de la urbe y donde se ubican distintos restaurantes de comida tradicional española, construida durante el periodo de los Habsburgo y con una estatua de bronce del rey Felipe III en el centro.
Asimismo, la Plaza España, con un monumento dedicado a Miguel de Cervantes Saavedra, rodeado de los rascacielos más importantes del destino.
También, la Plaza de Cibeles, con el Palacio del mismo nombre, sede del ayuntamiento de Madrid y donde se ubica la famosa fuente de Cibeles, esculpida en 1783 por Ventura Rodríguez, ahora ícono de la ciudad.
Y a unas calles, la Puerta de Alcalá en la Plaza de la Independencia, construida por órdenes de Carlos III para dividir con una muralla la frontera oriental y crear una entrada real a Madrid.
Frente a esta plaza está el Parque del Retiro, el más grande de la urbe y el cual perteneció a la monarquía española hasta finales del siglo XIX, que se convirtió en parque público. Repleto de vegetación, caminos empedrados, fuentes, esculturas, monumentos, galerías, lagos y un palacete.
Edificaciones que se han visto influenciadas por la Corona, un recorrido que cualquier turista puede realizar.
Una de las formas más fáciles para recorrer Madrid y para quienes quieran conocer los principales atractivos en poco tiempo, es por medio del camión turístico hop on hop off , el cual lleva a los pasajero por distintos puntos de la capital española.
A diferencia de otros recorridos, este tiene la opción de realizar múltiples paradas, de bajar cuantas veces se necesite a lo largo del día y visitar el tiempo que se requiera los puntos emblemáticos de la urbe, en un trayecto diseñado para los turistas, que abarca los principales museos, edificaciones y parques.
El pase de 48 horas incluye el ingreso al autobús, un audio guía con siete idiomas distintos que explican la historia y datos curiosos de diversas zonas, y un mapa donde se encuentran señaladas las paradas y ubicación de los sitios a visitar.
La experiencia inicia en la Plaza del Sol, el centro neurálgico de la ciudad conocido como el kilómetro cero, donde se localiza la Casa de Correos, el edificio más antiguo de la plaza. En ella destaca el reloj de torre, construido y donado en el siglo XIX por José Rodríguez de Losada, y cuyas campanadas de las 12 de la noche del 31 de diciembre marcan la tradicional toma de las doce uvas a la gran mayoría de los españoles.
Desde allí parte el camión turístico a su travesía real.
El camión realiza una parada en el Triángulo del Arte, y es que Madrid es conocido por resguardar museos de referencia internacional, entre los que resalta el del Prado, la mayor galería de arte en el mundo con más de ocho mil 600 pinturas con las colecciones reales del antiguo Museo de la Trinidad; el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, abierto por Carlos I y su esposa Sofía, ahora uno de los contemporáneos más importantes del planeta; y el Museo
Thyssen-Bornemisza, con más de mil 600 obras, la segunda colección privada más grande del mundo.
El Guernica, de Picasso, en el Reina Sofía; Las Meninas, de Velázquez, en el Prado; y el díptico de La Anunciación de Jan Van Eyck, en el Thyseen son tesoros que alberga esta ciudad.