Microsoft anunció este martes la compra más grande su historia: la adquisición de Activision Blizzard a través de un acuerdo por 68.7 mil millones de dólares.
En caso de que el acuerdo sobreviva al escrutinio de los reguladores estadounidenses y europeos en los próximos meses, la transacción representaría una de las mayores adquisiciones tecnológicas en la vida de Microsoft, y se convertiría en la tercera compañía de videojuegos más grande del mundo, solo después de Sony y Tencent.
Pero, ¿qué implica el acuerdo? Microsoft se quedará con con franquicias como Call of Duty, Diablo, Overwatch, Candy Crush, Starcraft, Sekiro, Tony Hawk y Crash Bandicot.
Agregar el grupo de títulos populares de Activision ayudará a Microsoft a expandir sus propias ofertas para la consola Xbox y competir mejor con la PlayStation de su rival Sony Corp.
Wall Street vio la adquisición como una gran victoria para Activision Blizzard, sus acciones se dispararon un 25 por ciento en las operaciones de este martes.
“La adquisición de Activision ayudará a impulsar los esfuerzos de juego más amplios de Microsoft y, en última instancia, su paso al metaverso con el juego como la primera pieza de monetización del metaverso”, escribió Dan Ives, analista de Wedbush Securities, en una nota a los inversores.
Activision fue fundada en 1979 y desde entonces ha sido el hogar de algunas de las franquicias de juegos más populares del mundo, incluidos Guitar Hero, Skylanders, Destiny, Crash Bandicoot y los títulos de skateboard de Tony Hawk. Su franquicia Call of Duty es particularmente notable por su atractivo duradero, las ventas de la semana de apertura y, cada vez más, su alcance en Asia.
Microsoft planea seguir haciendo algunos de los juegos de Activision para las consolas PlayStation, pero también mantendrá algunos contenidos exclusivos para Xbox, dijo una persona familiarizada con el pensamiento de la compañía.
La compañía ha realizado varias adquisiciones recientemente para reforzar su lista de estudios de juegos. En 2020, acordó adquirir ZeniMax Media sede de The Elder Scrolls y la editorial de Doom, Bethesda Softworks, por 7 mil 500 millones de dólares.
*Con información de Bloomberg