Las y los estudiantes que forman parte de la generación centennial ya no pueden ser instruidos de la misma forma que generaciones anteriores, afirmó Eduardo Reyes, catedrático de la Escuela de Humanidades del Tec de Monterrey.
Como el uso de la tecnología es un rasgo de este generación, “la educación ya no puede seguir siendo la tradicional”, señaló durante el foro de El Financiero: MeetPoint. ‘Guerras’ generacionales: ¿Quién gana?
El docente, quien trabaja día a día centennials, ha podido observar la forma en que el desarrollo tecnológico y la pandemia de COVID-19 han cambiado las herramientas y los procesos para obtener y transmitir conocimientos.
“Ya es muy raro que un alumno acostumbre leer libros físicos, ya todos son en pdf o en algún otro sistema, los exámenes se están haciendo a través de recursos tecnológicos y los proyectos de ellos mismos”, expuso.
La generación centeniall, también conocida como generación Z, incluye a todas las personas que nacieron entre 1997 y 2010.
Estos jóvenes se caracterizan por vivir inmersos en contenidos de internet, consumir solo formatos digitales, ser autodidactas, estar a la vanguardia de las redes sociales y streamers, ser creativos, flexibles, multitarea, y mostrar una preferencia por el trabajo a distancia facilitado por las herramientas tecnológicas. Estas características son las que han planteado nuevos retos para las escuelas.
“La pandemia lo que ha hecho es desnudar una realidad que ya se estaba presentando de cómo los jóvenes ya no están pensando las cosas de la misma manera que generaciones anteriores”, indicó Eduardo.
Escuelas deben adaptarse a generación centennial
Pero entonces ¿qué podrían hacer las escuelas para adaptarse a las exigencias de la generación centennial? Un cambio viable puede ser la reconfiguración de los planes de estudio, afirmó Eduardo.
“Nosotros en el Tecnológico estamos visualizando que las carreras se tienen que reorganizar, es decir, un estudiante universitario lo que está haciendo es crear su propio programa tomando las materias que le sirven para su propia formación, para su propio proyecto de vida y ya no el programa típico que una universidad le impone a un estudiante”, explicó.
Además, el formato de educación a distancia dio pauta a que los estudiantes puedan organizar sus horarios escolares de la manera que más les convenga sin tener que presentarse físicamente.
“El estudiante ahora puede estudiar en un espacio que ya no es un aula tradicional, puede tomar clases a la hora que le convengan más”, concluyó el docente.