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Alexa, ¿dime cuántas ‘skills’ tienes?

El exitoso producto de Amazon ha sido un desafío para desarrolladores, pero ya cuenta con 80 mil programas, llamados ‘skills, para sus usuarios.

El 2016, Kevin Deakin y sus colegas en su startup de trivias en línea acababan de conseguir un altavoz inteligente Echo que Amazon.com estaba entregando a desarrolladores.

"Miramos este dispositivo y dijimos: 'Tenemos que estar aquí'", recuerda Deakin.

Él y sus compañeros de trabajo en Musicplode Media Ltd., de Reino Unido, crearon una versión de su juego de trivia musical para Alexa, aprovechando la oportunidad en lo que predijeron que sería una de las tendencias más novedosas en tecnología de consumo. Al igual que muchos desarrolladores, descubrieron que trabajar con software de voz traía su propio conjunto de desafíos.

"Podría ser la cosa más brillante que he hecho, podría ser la más tonta", dice Deakin sobre la decisión de abrazar a Alexa. "El tiempo dirá".

Los altavoces inteligentes Echo han atraído a millones de fanáticos con su capacidad para reproducir música y responder a preguntas. Amazon ya cuenta con unas 80 mil 'skills', el nombre con el que bautizó a sus aplicaciones. Parece impresionante, pero en ese momento de su desarrollo, la App Store de Apple y Google Play Store contaban con más de 550 mil aplicaciones y fortunas para muchos desarrolladores exitosos.

Amazon, que no quiso hacer comentarios para este texto, creó una novedosa tecnología con Alexa. Pero plantea desafíos para los desarrolladores, que se encuentran con una curva de aprendizaje en la creación de aplicaciones de voz. El intercambio de señales visuales por verbales los obliga a despegarse de viejos hábitos de la construcción de software para teléfonos inteligentes y la web.

Amazon se ha vuelto creativo para que las personas prueben nuevas cosas, envía recomendaciones por correo electrónico a los propietarios de Echo, programa una serie de mensajes que los usuarios pueden decir en voz alta para probar cosas nuevas y remite a los usuarios a la aplicación de teléfono inteligente complementaria Alexa.

Amazon señaló el año pasado que cuenta con unos 10 mil empleados que trabajan en el software de Alexa y dispositivos relacionados. El presidente ejecutivo Jeff Bezos, quien ha delegado la mayoría de las operaciones diarias, sigue involucrado personalmente con Alexa, según un exempleado que se mantiene en contacto con colegas en el proyecto. Bezos incluso ha revisado algunas skills antes de su lanzamiento al mercado.

Sin embargo, la mitad de los usuarios de parlantes inteligentes dicen que no buscan aplicaciones, según una encuesta realizada por el sitio de noticias de software de voz Voicebot and Voicify, que crea herramientas para desarrolladores.

"Hay una especie de grupo de características que la gente espera para la voz: un resumen diario de noticias, clima, temporizadores y datos aleatorios", dijo James Moar, analista de Juniper Research que realiza un seguimiento del software de voz. ¿Más allá de eso? "La gente realmente no está experimentando mucho".

Por ahora, Amazon está invirtiendo mucho, elaborando guías y herramientas para desarrolladores y ofreciendo estipendios a las personas que están detrás de las aplicaciones más exitosas.

Uno de ellos es Nick Schwab, un desarrollador de Ford que comenzó a jugar con Alexa después de comprar un altavoz Echo. Su primer programa de software, que reunió y leyó las ofertas de los sitios web de ofertas diarias, no despegó.

Los experimentos posteriores fueron más exitosos. Construyó una aplicación llamada Opening Bell, la primera de su tipo en Alexa, que permite a las personas solicitar precios de acciones por nombre de compañía. Un par de meses más tarde, ansioso por ahogar a un vecino ruidoso, construyó una habilidad de Alexa que convirtió su Echo Dot en forma de disco de hockey en una máquina de ruido blanco. Eso fue un éxito, y rápidamente amplió la gama de sonidos que ofrecía a los clientes.

El año pasado, Amazon le dio a los desarrolladores sus primeras herramientas para hacer su propio dinero vendiendo 'skills' de Alexa.

Schwab lo aprovechó al cobrar una suscripción mensual de 1.99 dólares para acceder a diferentes sonidos. Amazon se queda con 30 por ciento de dichas ventas, la misma tasa que cobran Google y Apple en sus tiendas de aplicaciones para teléfonos inteligentes.

Dado que el trabajo de Schwab aún no es autosuficiente, Amazon también le envía cheques mensuales. Schwab se negó a decir de cuánto son esos pagos directos, pero indicó que equivalen a una bonificación importante. El efectivo lo ayudó a pagar el auto de sus sueños: un modelo 3 de Tesla.

No está claro cuántas personas reciben dichos pagos, los que, según desarrolladores, alcanzan los 5 mil dólares por mes por cada skill, o cuánto ha pagado la compañía en total. Los pagos, que forman parte de un programa llamado Alexa Developer Rewards, "están destinados a ser una plataforma de lanzamiento, para ayudar a impulsar el ecosistema hasta que los desarrolladores tengan la capacidad de iniciar negocios que sean realmente sustentables", señala Schwab.

Amazon dice que cuatro de cada cinco usuarios de Alexa han probado una skill desarrollada por externos a la empresa. Dave Limp, el vicepresidente senior que supervisa a Alexa y al grupo de dispositivos, dijo el año pasado que la música, para muchos, era la aplicación más importante. Las llamadas habilidades para el hogar inteligente que permiten a las personas usar los comandos de voz de Alexa para controlar los electrodomésticos también han surgido como un uso popular del software.

El juego de Musicplode, Beat the Intro, no ha tenido problemas para encontrar una gran base de usuarios, en parte debido a una relación cercana con Amazon, que ha promovido el trabajo de Musicplode en el lanzamiento de nuevos productos y en listas de los mejores.

El juego desafía a los usuarios a identificar el título y el artista de una canción lo más rápido posible después de que comienza a reproducirse. En agosto pasado, Beat the Intro comenzó a pedir a los usuarios que querían más de 30 minutos de juego que optaran por un servicio de suscripción de pago. Si bien los primeros retornos son prometedores, dice Deakin, aún no son suficientes para cubrir el costo de la licencia de su catálogo de música y la transmisión de las canciones a los usuarios.

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