Aunque es difícil detectar a un bot en redes sociales, pueden ser ubicados por el modo en que operan, explicó este jueves Rossana Reguillo, investigadora de ciencias sociales y activista.
Durante el foro EF Meet Point. Redes sociales: ¿benditas o malditas?, Reguillo señaló que hay por lo menos cuatro tipos.
"A veces es fácil (identificarlos) porque operan (con) un código automatizado que tú cargas, le das la instrucción puede ser desde un Tweet Deck, una persona con una computadora que maneja 20, 30 cuentas, y está tuiteando contenido automatizado", detalló
La especialista apuntó que, actualmente, preocupa y considera "más perversa" la estrategia utilizada en bots, porque se usan cuentas que aparentan ser personas. Estos son llamados 'maestros de ceremonia', debido a que "salen a la escena, captan el ambiente y lanzan consignas".
Estos bots tienen horarios establecidos para aparecer en redes sociales: a las 8:00, a las 13:00 y a las 20:00 horas. Esto coindice, puntualizó, con el horario de la conferencia de prensa matutina del presidente, la entrada de los noticieros nacionales y en la noche para dejar "clavado" un mensaje.
"Creo que para un usuario normal la identificación de un bot es muy difícil, pero es muy fácil ubicar al tercero en esta tipología de cuentas: un trol", comentó Reguillo.
El trol dice ser alguien que no es, añadió. Los "troles por encargo" están programados para realizar acoso selectivo a ciertos personajes. No obstante, Reguillo agregó que ahora también hay troles reales de ambos lados de la política que salen a atacar al adversario.
Por último se encuentran los bots fans. "Este es un usuario no reflexivo que en cuanto ve algo, es como el broncudo de la escuela que cuando ve que va a haber madrazos se sube al ring" para atacar, destacó.
En términos matemáticos, manifestó Reguillo, ubicar a una cuenta bot depende de muchos factores. Esto está relacionado con el tipo de contenido que produce, la antigüedad de la cuenta, los seguidores y el pico de su actividad.
Asimismo, consideró que debe hacerse el intento de tener una conversación crítica en redes sociales, y que la controversia es fundamental para la democracia. El problema estriba, dijo, que en este tipo de cuentas hay estrategias orquestadas, ya sea con la coordinación automatizada o humana, que terminan por achicar el debate y llevan incluso a la autocensura.