En agosto de 2019, la Asociación Municipal de Usuarios de Agua de Arizona construyó una pirámide de jarras de casi 5 metros de altura en la entrada de sus instalaciones en Phoenix. ¿El objetivo? Mostrarle a los residentes en esta región desértica cuanta agua utilizan al día (alrededor de 454 litros) y con ello, fomentar su cuidado.
"Debemos continuar haciendo nuestra parte todos los días", escribió el director ejecutivo Warren Tenney en una publicación de blog. "Algunos de nosotros seguimos siendo usuarios de agua de alta gama que podrían buscar formas de usar el agua de manera más inteligente".
Unas semanas antes, en Mesa, Google estaba finalizando sus planes para un centro gigante de datos entre los cactus y las plantas rodadoras. La ciudad es miembro fundador de la Asociación Municipal de Usuarios de Agua de Arizona, pero la conservación del agua quedó en segundo plano en el acuerdo que alcanzó con la mayor empresa de internet de Estados Unidos.
Google tiene garantizados 3 millones 785 mil litros de agua por día para enfriar el centro de datos, cantidad que puede ser expandida hasta los 15 millones 141 mil. Si esa cantidad fuera una pirámide de jarras de agua, se elevaría a miles de metros en el cielo despejado de Arizona.
Google está construyendo más centros de datos en EU para impulsar las búsquedas en línea, la publicidad web y los servicios en la nube. La compañía ha dicho durante años que estos enormes almacenes llenos de computadoras son energéticamente eficientes y amigables con el medio ambiente. No obstante, hay un costo que la compañía intenta mantener en secreto. Estas instalaciones usan miles de millones de litros de agua, a veces en áreas secas que luchan por conservar este recurso público limitado.
"Los centros de datos se están expandiendo, están en todas partes. Deben construirse de una manera que garantice que no le están quitando recursos críticos a las comunidades con escasez de agua", enfatizó Gary Cook, director de campañas climáticas globales en Stand.earth, un grupo de defensa ambiental.
Google considera que su uso del agua es un secreto comercial patentado y prohíbe incluso a los funcionarios públicos divulgar el consumo de la compañía. Al final, la información se ha filtrado a veces a través de batallas legales entabladas por empresas locales y grupos de conservación. Solo en 2019, Google solicitó, o se le concedieron, más de 8 mil 700 millones de litros de agua para centros de datos en tres estados diferentes, de acuerdo con registros públicos publicados en línea y documentos legales.
Los enfrentamientos por el uso del agua de la compañía pueden aumentar a medida que persigue a Amazon y Microsoft en el 'floreciente' mercado de computación en la nube. Google tiene 21 ubicaciones de centros de datos actualmente. Después de inyectar 13 mil millones de dólares en oficinas y centros de datos en 2019, planea gastar otros 10 mil millones de dólares en EU en 2020.
"La carrera por los centros de datos para mantenerse al día con todo es bastante frenética", advirtió Kevin Kent, director ejecutivo de la consultora Critical Facilities Efficiency Solutions. "No siempre pueden tomar las mejores decisiones en cuestión de ecología.
Google a menudo coloca centros de datos cerca de grandes núcleos de población para ayudar a que sus servicios web respondan rápidamente. A veces eso significa construirlos en regiones cálidas y secas. Las unidades de procesamiento en el interior se calientan fácilmente y necesitan agua para enfriarlas.
"Nos esforzamos por incorporar la sostenibilidad en todo lo que hacemos", afirmó Gary Demasi, director sénior de operaciones de energía y ubicación en Google. "Estamos orgullosos de que nuestros centros de datos sean algunos de los más eficientes del mundo, y hemos trabajado para reducir su impacto ambiental incluso cuando la demanda de nuestros productos ha aumentado dramáticamente".
Cuando hay que elegir entre dinero y el acceso al agua
En Red Oak, Texas, una ciudad a unos 32 kilómetros al sur de Dallas, Google pide hasta 5.5 mil millones de litros de agua al año para un nuevo centro de datos proyectado para 2021, según muestra un documento legal. El condado de Ellis, que incluye Red Oak y aproximadamente otras 20 ciudades, necesitará casi 56 mil millones de litros este año para todo, desde irrigación hasta uso residencial, de acuerdo con datos de la Junta de Desarrollo del Agua de Texas.
Muchas partes de ese estado ya están viendo una gran demanda de agua, según Venki Uddameri, director del centro de recursos hídricos de la Universidad Tecnológica de Texas.
"Con el cambio climático, se espera que tengamos sequías más prolongadas. Este tipo de operaciones intensivas en agua aumentan el estrés hídrico local", subrayó.
Las ciudades con escasez de agua tienen que hacer compensaciones entre la conservación y el desarrollo económico, y Google, rico en efectivo, es una gran atracción. "Es una batalla constante en Texas por querer ambos", dijo Uddameri.
En agosto de 2019, Google presentó una petición ante la Comisión de Servicios Públicos de Texas para despojar a un servicio público local en Red Oak, Distrito de Servicios Especiales de Rockett, de su derecho federal de ser el único proveedor de agua a la propiedad. La empresa explicó que presentó la petición después de que Rockett confirmó que no tiene la capacidad para satisfacer las demandas de la compañía. Si se aprueba, la petición permitiría que Google obtenga agua de otro proveedor.
Rockett impugnó esto y argumentó que Google proporcionó poca información sobre cómo se usará el agua, tanto en su aplicación a la empresa de servicios públicos como en conversaciones 'vagas' que involucran a representantes de la compañía. A pesar de eso, Google hizo solicitudes 'incesantes' para que la empresa evalúe si puede satisfacer las necesidades de agua de la compañía, añadió Rockett en documentos legales.
Rockett presentó un caso contra los comisionados de servicios públicos de Texas por negarse a rechazar la petición de Google a pesar de conocer los derechos del servicio. Rockett tiene un préstamo garantizado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos que le otorga una protección federal especial, como parte de un programa de largo plazo para apoyar a los proveedores de agua rurales.
Cuando una entidad de Google, Alamo Mission, se enteró de esto, ignoró las protecciones e "intensificó sus esfuerzos para disminuir y alterar el territorio" al que sirve Rockett, criticó la empresa de servicios públicos en la presentación legal. Alamo Misson es nombrado como acusado en el caso. Los abogados de Rockett declinaron hacer comentarios sobre el caso en curso.
La opacidad de Google sobre cuánta agua realmente usa
El centro de datos planeado en Red Oak sería el segundo de Google en Texas, esto tras llegar a un acuerdo con la ciudad en julio de 2019. Los funcionarios de Red Oak informaron a los residentes sobre los planes de Google con anticipación, según Todd Fuller, el administrador de la ciudad.
De acuerdo con el funcionario, no había mucha preocupación sobre el impacto que el centro de datos podría tener en los recursos locales, incluido el agua. "Nuestro sistema de agua es bastante robusto", dijo, y agregó que la ciudad no utiliza toda su capacidad de agua.
Sin embargo, Red Oak no muestra esa posición sobre el uso del agua en su sitio web. En una página dedicada a la conservación del agua, la ciudad dice que obtiene la mitad de su suministro de agua de Dallas y alienta a los residentes a reducir el uso del agua porque los seis embalses de Dallas presentan una disminución de 18 por ciento, añadiendo que se aplicarán restricciones al acceso si esa cifra pasa a 35 por ciento. Fuller no respondió a las solicitudes de comentarios sobre el asunto.
Google aseveró que no usa toda el agua que solicita, pero la compañía debe asegurarse de que haya suficiente disponibilidad para los períodos de alta demanda o cuando el clima es particularmente caluroso. Según la compañía, eso es necesario para mantener confiables los servicios de internet.
El uso del agua del centro de datos de Google se convirtió en un tema de controversia el año pasado en el condado de Berkeley, Carolina del Sur. Un grupo ambientalista se opuso a la solicitud de la compañía de 5.6 millones de litros de agua subterránea por día de lo que calificó como una fuente "históricamente amenazada".
La compañía también ha trabajado con Berkeley County Water & Sanitation para obtener 19 millones de litros por día del sistema Charleston Water.
La empresa ha estado tratando de asegurar los 5.6 millones de litros (el triple de la cantidad diaria que actualmente está permitida en el condado de Berkeley) desde 2016. La Coastal Conservation League criticó la negativa de Google a compartir información sobre cómo utilizará el agua extra. A pesar de la oposición, el Departamento de Salud y Control Ambiental de Carolina del Sur aceptó la solicitud de Google, lo que provocó una reacción violenta de algunos residentes.
La liga de conservación señaló a la dependencia por darle tanta agua a Google mientras requería a Mount Pleasant Waterworks, un servicio público local, que redujera su extracción del acuífero en 57 por ciento en los próximos cuatro años. La empresa de servicios públicos superó su demanda de uso máximo en 25 por ciento en mayo de 2019, uno de los meses más secos del año pasado en el condado de Berkeley, según Clay Duffie, gerente general de Mount Pleasant Waterworks.
"Es injusto que el departamento nos pida que reduzcamos nuestra extracción de agua, mientras que alguien como Google puede entrar y pedir más que el permiso original y obtenerlo", enfatizó Duffie.
Google finalmente retiró su solicitud de agua subterránea y llegó a un acuerdo con la organización solo para usarla solo como último recurso. El acuerdo aún le permite a la compañía retirar agua subterránea si hay un déficit, cuando se realiza el mantenimiento o cuando la demanda excede los suministros disponibles de agua potable o pluvial durante la actividad pico de los usuarios.
Miles de millones de datos en el desierto
La ciudad de Mesa en Arizona, donde Google planea un centro de datos de 228 mil 600 metros cuadrados, obtiene la mitad de su agua del río Colorado, propenso a la sequía. El año pasado se promulgó un plan de contingencia que requería que los estados dependientes del río tomaran medidas de conservación voluntarias.
Aún así, los funcionarios de Mesa se mantienen confiados en el suministro futuro mientras continúan recordando a los residentes que limiten su consumo de agua.
"No tenemos preocupaciones inmediatas", comentó Kathy Macdonald, asesora de planificación de recursos hídricos de la ciudad. En 2019, Mesa usó 106 mil millones de litros de agua, según Macdonald. Los funcionarios de la ciudad esperan que alcance los 227 mil millones de litros al año para 2040, una demanda que Mesa es capaz de satisfacer.
Las grandes compañías como Google no se ubicarían en la ciudad si no pudiera satisfacer sus demandas de agua, remarcó Macdonald. Mesa aprobó una ordenanza en 2019 para garantizar el uso sostenible del agua en grandes operaciones y multarlas si exceden su asignación.
Google ha trabajado durante años para reducir la huella de carbono de los centros de datos. Hoy, las instalaciones producen mucha más potencia de computadora por cada vatio de energía utilizada. En su informe ambiental de 2019, la compañía argumentó que reducir su uso de energía también lo hace más eficiente en el uso del agua.
"La generación de electricidad requiere agua, por lo que cuanto menos energía usemos para alimentar nuestros centros de datos, menos agua también usaremos", abundó.
Sin embargo, los expertos del centro de datos dicen que generalmente hay una compensación entre el uso de agua y energía. "Si el consumo de agua disminuye, el consumo de energía aumenta y viceversa", indicó Otto Van Geet, ingeniero principal del Laboratorio Nacional de Energía Renovable.
Google confía en el 'enfriamiento por evaporación', que evapora el agua para enfriar el aire alrededor de las unidades de procesamiento apiladas dentro de los centros de datos, según explica en su informe ambiental. Los sistemas más comunes, conocidos como aires acondicionados para salas de computadoras, son intensivos en energía. El enfriamiento por evaporación usa menos energía, pero el proceso requiere más agua.
"El agua es barata. En muchos lugares, los costos de energía son mucho más altos ", agregó.
En una solicitud de centro de datos que la compañía presentó en Henderson, Nevada, en 2018, las consideraciones de Google incluyeron los costos de servicios públicos e inmobiliarios, incentivos fiscales y disponibilidad de trabajadores calificados.
Google ha prestado más atención al uso del agua en los últimos años. Se basa en agua reciclada o en agua de mar donde puede evitar el uso de agua potable o el drenaje de suministros locales. Google también dice que ahorra agua al recircularla a través de sistemas de enfriamiento varias veces. En Mesa, la compañía está trabajando con las autoridades en un programa de créditos de agua, pero dijo que es demasiado pronto para compartir más detalles.
De 2007 a 2012, Google usó agua potable para enfriar su centro de datos en el condado de Douglas, a las afueras de Atlanta. Después de darse cuenta de que el agua "no necesitaba estar lo suficientemente limpia como para beber", la compañía cambió a agua reciclada para ayudar a conservar el cercano río Chattahoochee. Según la empresa, es difícil utilizar enfoques similares para otras ubicaciones de centros de datos porque la tecnología requerida no siempre está disponible.
"El Chattahoochee proporciona agua potable, espacios verdes públicos y actividades recreativas para millones de personas", dijo la compañía en una publicación de blog en ese momento. "Nos complace hacer nuestra parte para crear una economía ambientalmente sostenible a lo largo de las costas de Hooch".