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Estados Unidos aumentó la apuesta en su 'batalla' contra Huawei, utilizando una ley históricamente asociada con el enjuiciamiento de figuras de la mafia para alegar que la compañía china se involucró en décadas de robo de propiedad intelectual.
La firma y su directora financiera, Meng Wanzhou, ya estaban enfrentando cargos criminales por violar las sanciones de Estados Unidos, incluidas aquellas contra Irán y Corea del Norte.
El caso se extendió a Canadá, donde Wanzhou está luchando actualmente contra la extradición a Estados Unidos. Las nuevas acusaciones, anunciadas este jueves, aumentan las posibles sanciones que el mayor fabricante mundial de equipos de telecomunicaciones podría enfrentar si es declarado culpable.
Los nuevos cargos representan a una compañía que ganó prestigio internacional al robar secretos comerciales, evadir las sanciones de Estados Unidos y mentir a las autoridades.
El Gobierno estadounidense está manejando algunas acusaciones anteriores de irregularidades, como el supuesto robo de Huawei de un robot de prueba de teléfono desarrollado por T-Mobile US, para construir un caso más musculoso.
No se devolvió de inmediato un correo electrónico a los abogados de Huawei en busca de comentarios sobre los nuevos cargos.
La compañía ha negado las acusaciones, mientras que el Ministerio de Relaciones Exteriores de China ha instado a Estados Unidos a "dejar de atacar injustificadamente a Huawei y otras empresas chinas". Meng ha negado haber actuado ilegalmente.
Los últimos reclamos reflejan décadas de esfuerzos de Huawei y varias de sus unidades, tanto en EU Como en China, "para apropiarse indebidamente de la propiedad intelectual, incluso de seis compañías tecnológicas estadounidenses, en un esfuerzo por hacer crecer y operar el negocio de Huawei", según el Departamento de Justicia .
Dijo que la propiedad "incluía información de secretos comerciales y obras protegidas por derechos de autor, como código fuente y manuales de usuario para enrutadores de Internet, tecnología de antenas y tecnología de prueba de robots" y citó una "supuesta práctica a largo plazo de usar el fraude y el engaño" para robar tecnología sensible de los rivales de los Estados Unidos.
Estados Unidos ha prohibido la tecnología de la compañía y acusó a Huawei de ayudar a Beijing en el espionaje.
Huawei, a su vez, acusó al Gobierno de organizar una campaña para intimidar a sus empleados y lanzar ataques cibernéticos para infiltrarse en su red interna. Las acusaciones han aumentado las tensiones entre la compañía y la administración del presidente Donald Trump.
Los fiscales en enero de 2019 acusaron a Huawei y Meng de conspiración para cometer fraude bancario por presuntamente engañar a los bancos sobre la actividad comercial de la compañía en Irán en violación de las sanciones de Estados Unidos.
En la nueva acusación, alegan que Huawei y tres de sus entidades participaron en un esquema de crimen organizado en Nueva York, California, el Distrito de Columbia, Delaware, Nueva Jersey, Texas y el estado de Washington.
Estados Unidos también afirma que Huawei conspiró para robar secretos comerciales de múltiples compañías víctimas en una serie de incidentes que datan de 2002.
La tecnológica enfrenta cargos separados en Seattle.