Mucho antes de convertirse en director ejecutivo de Walt Disney en 2005, Robert Iger desarrolló el hábito de despertarse entre semana a las 4:15 de la mañana para hacer ejercicio. Ahora también lo hace los fines de semana para hacer ejercicio y ver las primeras versiones de las películas y programas de televisión de sus estudios. Últimamente ha estado obsesionado con la primera temporada de The Mandalorian, una especie de western dentro del universo de Star Wars creado por el actor y director Jon Favreau. El programa trata sobre un cazarrecompensas cuya armadura tiene un llamativo parecido con la de Boba Fett, quien rastreó a Han Solo en El imperio contraataca.
"Probablemente he visto cada episodio de The Mandalorian tres veces. Primero, para dar algunas notas. En segundo lugar, para ver el corte aproximado y el impacto de las notas. Y ahora, hace poco, vi todos los cortes finales para quedar impresionado por cómo se ve ", cuenta.
Disney está gastando más de 100 millones de dólares en la serie, por lo que es mejor que sea visualmente impresionante...y algo más.
Si quieres ver The Mandalorian, tendrá que suscribirte a Disney+, que se estrena el próximo martes 12 de noviembre. Disney ha prometido que el servicio de streaming enfocado en la familia presentará al menos 25 nuevas series y 10 nuevas películas en su primer año, eso junto con el gran catálogo que abarca desde la primera aparición de Mickey Mouse en Steamboat Willie de 1928 hasta las películas de la saga de Avengers y los filmes que forman el canon de Star Wars.
Este es el lanzamiento más importante en los 15 años de Iger como CEO de Disney y también el más arriesgado. Iger construyó su reputación repartiendo cheques de 10 cifras para convertir a Disney en la compañía cinematográfica más exitosa de Hollywood: compró a Pixar en 2006; a Marvel en 2009; a Lucasfilm en 2012, y este año se hizo de la mayor parte de 21st Century Fox con una compra valuada en 71 mil millones de dólares.
Pero a pesar de todo su potencial de producción, Disney no tiene una amplia experiencia en tecnología como sus principales competidores en el streaming, Amazon, Netflix y Apple (esta última estrenó su propio servicio el 1 de noviembre). Y a diferencia de estas compañías, tiene poca experiencia vendiendo producciones directamente a los consumidores.
Si quieres ver Disney Channel o ESPN, tienes que pagar una suscripción por cable. Si quieres ver una película de la saga de Avengers, tienes que ir al cine o si quieres verla en línea, te suscribes a Netflix.
Pero ahora Disney tiene más recursos a su disposición, gracias a la compra de una participación en la compañía de tecnología de transmisión BAMTech con sede en Nueva York, que le costó 2 mil 600 millones de dólares. No obstante, la apuesta de Iger no solo se limita a que puede igualar la tecnología de sus competidores, sino que también puede mejorar sus precios. Con un costo de 6.99 dólares al mes, la suscripción de Disney+ está por debajo de la estándar de Netflix (12.99 dólares).
Además, la empresa tiene planeado invertir mil millones de dólares en nueva programación (series y películas) en 2020, una cifra que pronto se duplicará. Las ofertas del servicio de streaming incluirán a Loki, el hermano adoptivo de Thor y que en algún momento fue el némesis de los Vengadores. Por el lado de Pixar, el servicio estrenará Monsters at work, con Mike Wazowski y Sulley.
Antes de que Disney revelara los primeros detalles de sus producciones a los analistas de Wall Street, en abril pasado, los inversionistas tenían razones para ser escépticos sobre las ambiciones de la compañía. Su servicio deportivo, ESPN +, contaba con 2 millones de suscriptores, pero no generaba ganancia alguna, mientras que Hulu, del cual Disney tomó el control en su acuerdo con Fox, tenía más de 25 millones de suscriptores estadounidenses, pero estaba sufriendo una 'hemorragia' de dinero.
Sin embargo, cuando Disney publicó nueva información al respecto "hubo dos jadeos audibles", dice Jessica Reif Ehrlich, analista de medios de Bank of America Merrill Lynch.
"Uno fue cuando anunciaron el precio, que es mucho más bajo de lo que cualquiera esperaba, pero también cuando Jon Favreau mostró el clip de The Mandalorian. Todos los chicos de la habitación se volvieron locos ", relata. Al día siguiente, el precio de las acciones de Disney aumentó más de 13 por ciento.
El consenso ahora es que Disney + cumplirá sin problemas sus expectativas de lograr 90 millones de suscriptores en todo el mundo para 2024, y que ESPN + y Hulu se sumarán a sus totales, llevando la cifra final a unos 160 millones de clientes. El número aún no está en la 'liga' de Netflix, que se prevé cuente con 300 millones de suscriptores para ese año, pero en definitiva es un muy buen comienzo.
Iger a menudo proclama que Disney no está compitiendo con Netflix. Otros no están tan seguros.
"De hecho, creo que está apuntando a Netflix", señala Michael Pachter, analista de Wedbush Securities. "Creo que quiere ser más grande que eso".
El alza en el precio de las acciones de Disney puede leerse como un aval para el propio Iger. Al principio, algunos de sus gastos causaron sorpresa, pero la estrategia ha funcionado hasta ahora. Como diplomático corporativo consumado, Iger también hizo las paces desde el principio con personalidades tan notoriamente difíciles como Steve Jobs de Apple, que se había peleado con su predecesor, Michael Eisner. Iger incluso llegó a considerar lanzarse por la Presidencia hace varios años sin haber sido objeto del tipo de burla que acompañó la consideración de Howard Schultz, quien fuera CEO de Starbucks.
Su próximo desafío político podría ser ganarse a Martin Scorsese, quien recientemente comparó las películas de Marvel con los juegos de parques temáticos. "Eso no es cine", afirmó el ganador del Oscar. ¿La respuesta de Iger? "Me gustaría tomar una copa de vino con él ", le dijo a la BBC.
Disney+ podría definir el legado de Iger. A los 68 años, tenía previsto retirarse este 2019. No obstante, como parte del acuerdo con Fox, acordó quedarse hasta 2021. Él confía en que Disney+ es el paso correcto. "Se siente absolutamente vital para nosotros hacer esto. Este es, sin lugar a dudas, el futuro de la industria", afirmó.
Además de Netflix, Amazon y Apple, AT&T lanzará su propio servicio de streaming la próxima primavera, HBO Max, con programas populares del prestigiado canal de paga y shows favoritos del público como Friends, además de los nuevos trabajos de la actriz y escritora Mindy Kaling y el director Ridley Scott. En abril, Comcast presentará Peacock, un servicio con ofertas de NBCUniversal como The Office y Jaws.
Palabras más, palabras menos, eso significa que la guerra del streaming está en marcha y Disney está causando conmoción y asombro. Algunos ven cosas brutales por venir, ya que la compañía y sus adversarios luchan por los clientes y el talento. "No puedo decirte dónde terminará", comenta Naveen Sarma, director senior de S&P Global Ratings, "pero creo que no puede ser bueno".
La oficina de Iger en la sede de Disney en Burbank, California, está decorada con detalles del pasado y presente de la compañía de 96 años. En un estante debajo de la ventana, los Siete Enanos de Blancanieves comparten espacio con C-3PO y los personajes de Cars.
El cabello de Iger es gris y su cara arrugada, pero aún se mantiene delgado. En esta mañana de finales de octubre, está recostado en un sofá beige con una chaqueta azul oscuro, su brazo derecho sobre la espalda y su codo izquierdo sobre un reposabrazos. Si está ansioso de que Disney+ esté a punto de lanzarse, no lo está mostrando. "Estoy emocionado. Esto es gigantesco para la empresa", cuenta.
No fue fácil para Disney decidirse a entrarle al streaming, según Iger. Durante muchos años, sus redes de cable, lideradas por ESPN, generaron el 40 por ciento de las ganancias. Era casi seguro que un gran movimiento hacia Internet canibalizaría ese negocio, pero tampoco era una opción quedarse sin hacer nada mientras los consumidores huían a Netflix.
Iger recuerda que la 'llamada de atención' ocurrió un día en agosto de 2015, cuando supo que Disney estaba sintiendo los efectos del 'corte de cable' (personas que cancelaron su membresía de cable y se suscribieron a los servicios de streaming) y que ESPN había sufrido pérdidas modestas. Las acciones de Disney cayeron 9 por ciento. Sabía que los títulos recibirían un fuerte golpe, pero no que caerían tanto. "Trato de no predecir lo que va a hacer Wall Street porque generalmente no estoy en lo correcto", dice.
Una idea que él y sus ejecutivos discutieron para competir con los streamers fue comprar Twitter. Iger llegó a un acuerdo para hacerlo en octubre de 2016, solo para cancelarlo en el último minuto de un domingo por la mañana. En semanas previas, vio a miembros del Congreso 'crucificar' al cofundador de Twitter, Jack Dorsey, y al CEO de Facebook., Mark Zuckerberg, por la difusión de fake news en sus redes. Cuando se le pregunta si alguna vez se siente aliviado de haberse retirado del acuerdo, Iger dice: "Todos los días".
Afortunadamente, Disney tenía otras opciones. Unos meses antes del acuerdo de Twitter, había pagado mil millones por una participación de 33 por ciento en BAMTech, un pionero en la transmisión en vivo. En ese momento, BAMTech era propiedad principalmente de Major League Baseball y era muy apreciado en Silicon Valley. "Había hablado con Steve Jobs antes de que muriera", dice Iger. "Estaba muy impresionado con la aplicación de la Major League Baseball".
Originalmente, Disney compró BAMTech para poder construir un nuevo servicio de streaming de ESPN, pero con el acuerdo de Twitter fuera de la mesa, Iger y sus ejecutivos decidieron pagar mil 600 millones de dólares más por el control total. A cambio, BAMTech construiría la base de su servicio de streaming. Iger anunció la adquisición y el plan general en agosto de 2017, el primer paso público hacia lo que pronto sería Disney+. En el proceso, Disney avisó a Netflix que retiraría sus películas y programas de su catálogo, aunque esto significara el sacrificio de cientos de millones de dólares en ganancias.
La sede de Disney Streaming Services, como se le cambió el nombre a BAMTech, se encuentra en una antigua fábrica de galletas a las afueras del distrito de Meatpacking, en Manhattan. Es un espacio tecnológico postindustrial por excelencia, atendido por docenas de empleados que visten sudaderas y gorros de camionero, rodeado de paredes de ladrillo y conductos de calefacción.
BAMTech se especializó en comprimir videos a un tamaño que puede transmitir de manera eficiente sin que ello signifique sacrificar la calidad. Hacer esto con deportes en vivo, señala Kevin Mayer, 'lugarteniente' de Iger y presidente de toda la operación de streaming de Disney, es mucho más difícil que con películas y dramas de televisión.
"Con las películas, puedes ejecutarlas a través de un algoritmo de compresión a lo largo del tiempo hasta que se vea bien", dice. "Con el deporte, no tienes ese lujo", comenta.
Entramos en una sala de techo alto cuyas paredes están cubiertas con cientos de pantallas del tamaño de una tarjeta postal que muestran las transmisiones de las señales de ESPN+. Al final del pasillo, en una habitación más pequeña donde se solían hornear galletas, seis personas miran las pantallas de escritorio, controlando cómo las transmisiones llegan a los suscriptores.
"Internet nunca se creó para distribuir videos", dice Thomas Carpenter, director de gestión de operaciones de Disney Streaming. "Es como habitar Marte. Es un ambiente hostil. Intenta constantemente 'matar' estas transmisiones ".
El director de tecnología, Joe Inzerillo, utiliza una metáfora más terrenal. "Cuando comienzas a hacer un par de grandes eventos al mismo tiempo, puedes sentir que el internet 'cruje'. Hay todo este tráfico y partes que son problemáticas".
-"Sin embargo, puedes arreglarlo, ¿verdad?"-pregunta Mayer.
-"Sí"-dice Inzerillo- "A veces tomas una ruta subrepticia porque está menos congestionada, algo así como salir de la autopista y tomar la carretera local".
A la vuelta de la esquina, hay otra sala donde los empleados están codificando The Mandalorian y otros programas de Disney+. Pero el paso a ese sitio está prohibido porque Disney, consciente de lo rabiosos que pueden ser los fanáticos de Star Wars, no quiere que se filtren detalles por adelantado.
"Eso está bajo cerradura y con llave. No se nos permite entrar ", afirma Jessica Casano-Antonellis, vicepresidenta de comunicaciones.
-"¿No podemos entrar?"-cuestiona Mayer.
-"Ninguno de nosotros tiene llaves"-revira Casano-Antonellis- "Quiero decir, probablemente puedas obtener una llave, pero ..."
-"Está bien",-dice Mayer, con un toque de decepción en su voz.
El anuncio de Disney de su compra de BAMTech causó una sensación inmediata. Sus acciones pronto comenzaron a subir. "Si alguna vez hubo una validación de la estrategia, fue ese día", dice Iger en su oficina. "Entonces tuvimos que movernos rápido".
Por casualidad, Rupert Murdoch se acercó a él dos semanas después para ver si Disney estaría interesado en la mayor parte de las propiedades de entretenimiento de 21st Century Fox. Para demostrar el porqué hizo la compra, Iger se levanta del sofá, toma su iPad y abre la aún inédita aplicación Disney+. "Hay 30 temporadas de Los Simpson allí", menciona con orgullo. Se desplaza por la sección de películas hasta que encuentra La novicia rebelde, otra joya. Los programas que son para una audiencia más adulta, como Padre de familia y las explícitas películas de Deadpool permanecerán en Hulu.
Mientras Disney se preparaba para el lanzamiento, Iger también platicó con los jefes de Pixar, Lucasfilm y Marvel y les habló sobre los planes de la compañía de gastar miles de millones en contenido y les preguntó cómo querían contribuir. Ese es el tipo de momento con el que los ejecutivos de un estudio tienen fantasías. Pixar respondió con ideas para ver más de Mike y Sulley y para nuevos cortos, incluidos algunos con Forky, el tenedor desechable de Toy Story 4; Lucasfilm propuso The Mandalorian, así como una serie con Cassian Andor de Rogue One: A Star Wars Story y otra sobre Obi-Wan Kenobi, con Ewan McGregor volviendo al papel.
El director creativo de Marvel, Kevin Feige, también tuvo algunas sugerencias. Su rincón en el 'reino' de Disney está justo en la era dorada de las películas de superhéroes, con un mercado que parece crecer con cada lanzamiento.
"Cada unos cuantos años, anunciamos 9 o 10 proyectos nuevos", explica Feige, sentado en su oficina en la sede de Disney. "Y la primera pregunta que me hacen siempre es 'Sí, genial, pero ¿qué pasa con este personaje y este personaje y este otro personaje?'".
Disney + será la ventana de oportunidad de Marvel para contar más de esas historias. En abril de 2018, cuando el elenco de Avengers: Infinity War estaba en la ciudad para el estreno de la película, Feige convocó una reunión para discutir nuevas ideas. En el encuentro estaban Tom Hiddleston, quien interpreta a Loki, y Elizabeth Olsen y Paul Bettany, quienes interpretan a Wanda Maximoff (también conocida como la Bruja Escarlata) y a Visión. Entre otras ideas, Feige expuso sus planes para la serie de Loki y otra llamada WandaVision, centrada en los otros dos personajes, que están románticamente entrelazados. Todos, dice, estaban entusiasmados.
Feige estaba más nervioso por su conversación con Jeremy Renner, quien interpreta a Hawkeye. Marvel tenía un acuerdo para que Renner protagonizara una película basada en el personaje, pero Feige quería convertir el proyecto en una serie de Disney+. Resultó que Renner no tuvo problema con el cambio. "Lo entendió totalmente y dijo 'Hagámoslo'", recuerda Feige.
El directivo se niega a discutir el presupuesto de los programas, incluidos los informes de que Disney está gastando hasta 25 millones de dólares por episodio en algunos programas de Marvel, más de lo que se cree que HBO gastó durante la última temporada de Game of Thrones. Sin embargo, sí 'suelta' un dato: si deseas comprender todo en las futuras películas de Marvel, probablemente necesitarás una suscripción de Disney+, porque los eventos de las nuevas series influirán en lo que ocurre en próximos filmes como Doctor Strange in the Multiverse of Madness. La Bruja Escarlata será un personaje clave en esa película, y Feige señala que la trama de la serie Loki también se unirá de algún modo con esa historia.
Hay, por supuesto, otro catálogo que solo Disney puede ofrecer y que ninguna otra compañía puede igualar: un gran archivo de películas animadas. En marzo, Iger dijo que Disney + incluiría películas clásicas, como Blancanieves y los siete enanos. La decisión fue recibida con entusiasmo por D23, el club de fans oficial de Disney, al igual que el anuncio de la empresa de que los miembros obtendrán un descuento en sus suscripciones.
"Si te encantó The Apple Dumpling Gang, estará ahí. Lo que sea que amaste cuando eras niño, finalmente regresará ", afirma Yvette Nicole Brown, una actriz que participa en la versión live action de La dama y el vagabundo, que se transmitirá por Disney+.
Con todo y ese archivo, Disney no verá ganancias por su servicio de streaming de manera inmediata. MoffettNathanson, una firma de inversión en medios y tecnología, espera que sus tres servicios pierdan 11 mil millones de dólares en los próximos cuatro años, y finalmente obtenga ganancias hasta 2024. Y eso es si todo va según lo planeado.
A medida que proliferan los servicios de streaming, Disney y sus competidores pueden verse obligados a gastar sumas exorbitantes en marketing para atraer suscriptores. La compañía y sus rivales también enfrentan altos costos a medida que aumenta el número de producciones y los estudios compiten para atraer a directores y actores famosos.
Iger reconoce que los costos de producción están aumentando, pero argumenta que Disney está en una mejor posición que sus competidores, debido a que sus títulos existentes son fuertes y no tiene que ofertar de forma agresiva por otros.
"Tenemos el beneficio de poder decir que no hay nada que tengamos que tener", remarca. "Eso no significa que no vamos a alcanzar la calidad y las cosas que realmente nos entusiasman".
Iger subraya que las franquicias son la verdadera ventaja de Disney. Toy Story 4 de Pixar ha ganado más de mil millones de dólares a nivel mundial este año; Avengers: Endgame vendió boletos por 2 mil 800 millones de dólares, con lo que se convirtió en la película más taquillera de la historia, y Star Wars sigue siendo un peso pesado, a pesar del fracaso de taquilla que fue Solo.
Iger reconoce que puede haber juzgado mal el apetito del público por tales versiones. "No parecía que hubiera tanta demanda de otro spin-off de Star Wars", dice. Pero a pesar de Solo, Iger está seguro de que The Mandalorian será un éxito.
"Es genial. Es la primera serie live action de Star Wars que se haya hecho", indica. Por lo menos, puede haberse ganado a un observador famoso y difícil de complacer: el creador George Lucas, quien no estuvo contento con The Force Awakens, el primer título de Disney de su universo y sus habitantes. Lucas visitó el set mandaloriano y no se ha quejado, al menos no públicamente.
The Mandalorian estará al frente y en el centro cuando Disney+ comience sus transmisiones, junto con otro programa basado en High School Musical, además de otras seis series más y dos películas. Hawkeye, Loki y la serie Cassian Andor llegarán en el segundo año del servicio. También habrá una nueva serie de Lizzie McGuire, con Hilary Duff interpretando de nuevo su papel principal. Y los títulos seguirán llegando. Para 2024, Disney espera presentar más de 50.
Iger afirma que le gustaría poder lanzar Disney+ con más contenido original, pero se siente bien con el equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo. "Estoy ansioso por compartirlo con el mundo", señala. Al preguntarle qué significa el servicio para su legado, sonríe y dice: "Es demasiado tarde para preocuparse por eso ahora".