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La vida en 2030: estas son 4 cosas que los expertos no pueden predecir

En 1970 predecir cómo sería nuestra vida en 2017 no fue tan difícil para el escritor Alvin Toffler. Científicos e investigadores hoy no pueden decir con certeza cómo nos irá en el 2030.

Alvin Toffler predijo un futuro en su best-seller de 1970 Future Shock que se parece mucho a la realidad de hoy. Anticipó el surgimiento de Internet, la economía colaborativa, las empresas basadas en la "adhocracia" en lugar de la burocracia centralizada y las preocupaciones sociales sobre la tecnología. Previó que la relación en evolución entre las personas y la tecnología daría forma a cómo se desarrollan las sociedades y las economías.

Este es también el enfoque de gran parte del trabajo del Foro Económico Mundial. Explora cómo avanza la tecnología y cómo se abordarán los desafíos relevantes para el año 2030. Estas son algunas de las incertidumbres a las que se enfrentan los encargados de formular políticas, los ejecutivos corporativos y los actores de la sociedad civil a medida que se adentran en este nuevo mundo, de acuerdo con Lee Rainie, especialista en internet y tecnología.

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¿Podemos dominar una mayor conectividad?

Muchos están convencidos de que Internet estará en todas partes, o en casi todas partes, en la próxima generación. Estará "en" la mayoría de las cosas y se integrará en muchos objetos y entornos. Los expertos afirman que Internet se desvanecerá en un segundo plano, convirtiéndose en electricidad, menos visible pero profundamente integrada en los esfuerzos humanos. Incluso aquellos sin altos niveles de alfabetización interactuarán con material digital y aplicaciones utilizando su voz, lo que encenderá una expansión de conocimiento y aprendizaje sin precedentes.

Esta explosión de conectividad ofrece nuevas posibilidades, pero también vulnerabilidades económicas y sociales. El nivel de coordinación y codificación requerido para unir el Internet de las Cosas es mucho más complicado que cualquier otro esfuerzo histórico. Es probable que las cosas se rompan y nadie sepa cómo arreglarlas. Los malos actores podrán lograr disrupciones sociales a gran escala y desde lejos. En consecuencia, nos enfrentamos con algunas decisiones difíciles y costosas.

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¿Crearemos un trabajo más significativo?

No hay consenso sobre si las fuerzas desencadenadas por la tecnología destruyen más empleos de los que crean o si prevalece el patrón histórico de mejoramiento humano a medida que los empleos nuevos y más valiosos reemplazan a los que suplanta la tecnología. Los siguientes avances en las máquinas son claros, pero la respuesta humana no lo es.

La forma en que el ecosistema de educación y capacitación se adaptará es extremadamente relevante. Las universidades, colegios comunitarios y escuelas en general se encuentran en las primeras etapas de adaptación a una interrupción en su modelo comercial que podría rivalizar con los desafíos que ya enfrentan los medios y la industria de la música. Muchas instituciones ahora adoptan la enseñanza a través de videos en línea o cursos híbridos que ofrecen experiencias tanto en línea como en el aula. Todos serán monitoreados por sistemas de inteligencia artificial que evalúan el rendimiento del estudiante y la suficiencia del curso. Los empleados también se autodirigen con material en línea.

¿Esta adaptación será suficiente para la tarea? Depende de los talentos recompensados por la próxima economía. Cuando Pew Research Center preguntó a expertos, un número considerable se centró en cómo los mejores programas de educación serían aquellos que enseñan cómo ser un aprendiz de por vida. Algunos dicen que surgirán sistemas alternativos de credenciales para evaluar las nuevas habilidades que las personas adquieren.

Los expertos también discutieron talentos humanos específicos que dudan que las máquinas y la automatización puedan duplicar por algún tiempo. Estos incluyen la inteligencia social y emocional, creatividad, la actividad colaborativa, el pensamiento abstracto y de sistemas, las habilidades de comunicación complejas y la capacidad de prosperar en entornos diversos. No está claro si las escuelas y universidades pueden reorientarse para enfatizar estas habilidades no técnicas.

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¿Se puede revivir la confianza y la verdad?

La confianza es un agente vinculante social, económico y político. Una vasta literatura de investigación sobre la confianza y el capital social documenta las conexiones entre la confianza y el bienestar, la resolución de problemas colectivos, el desarrollo económico y la cohesión social. La confianza es el alma de la amistad y el cuidado. Cuando falta la confianza, se desarrollan todo tipo de males sociales, incluida la violencia, el caos y la aversión al riesgo paralizante.

Existe una preocupación considerable de que la forma en que las personas usan Internet está degradando la confianza. El destino de la confianza y la verdad está en juego. Por un lado, a muchos les preocupa que el ecosistema de las noticias falsas se aproveche de los profundos instintos humanos. Las preferencias por comodidad e información que refuerzan sus puntos de vista hacen que las personas sean más vulnerables a las formas en que las nuevas herramientas tecnológicas pueden identificarlas, orientarlas y manipularlas.

Por otro lado, los humanos tenemos una trayectoria decente para enfrentar los problemas causados por las revoluciones de las comunicaciones. Hay nuevas formas de luchar a la velocidad de Internet.

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¿Cuánto puede la innovación social y organizacional aliviar nuevos problemas?

Con tanta agitación, las personas, grupos y organizaciones se verán obligados a adaptarse. Algunos aspectos principales de la acción colectiva y el poder ya están cambiando a medida que las redes sociales se convierten en una fuerza social. Estas redes se utilizan tanto para compartir conocimientos como para movilizar a otros a la acción.

Hay nuevas formas en que las personas pueden colaborar para resolver problemas. Además, hay un número creciente de estructuras grupales para abordar problemas desde micro nichos hasta asuntos macro globales como el cambio climático y las pandemias.

Las nuevas leyes y las batallas judiciales son inevitables y es probable que aborden cuestiones tales como: ¿a quién pertenece qué información? ¿Quién puede usar y sacar provecho de la información? Cuando algo sale mal con un sistema de procesamiento de información (por ejemplo, un auto que se conduce solo se impulsa desde un puente), ¿quién es el responsable? ¿Dónde está el lugar adecuado para trazar el límite entre la captura de datos (o la vigilancia) y la privacidad? ¿Qué tipo de información personal se puede considerar legítimamente al evaluar el empleo de alguien, la solvencia o el estado del seguro? ¿Quién supervisa los algoritmos que deciden qué sucede en la sociedad?

Hay un largo camino por recorrer hasta 2030. Hay muchas oportunidades para que la incertidumbre sea más segura.

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