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No sólo arsénico y plomo... también respiras materia fecal en la CDMX

En el aire de la Ciudad de México pululan muchos contaminantes, pero lamentamos decirte que al año, también respiramos alrededor de media tonelada de residuos fecales.

Plomo, fósforo, níquel y hasta arsénico inorgánico son sólo algunos de los contaminantes que se respiran a diario en la Ciudad de México. Pero no son los únicos.

Cada año se emite al aire de la capital del país media tonelada de residuos fecales, los principales responsables de la proliferación de enfermedades gastrointestinales, señaló la especialista en Salud Pública, Irma Aburto López.

La académica de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) refirió que aunque la mayoría de esos desechos provienen de perros y gatos, una parte considerable son humanos.

Señaló que aún hay mucha gente que no está habituada a vivir en las ciudades y cuando llegan a ellas siguen con la costumbre de defecar al aire libre.

"Pero también es cuestión de poca civilidad y de malas costumbres: por ejemplo, si un niño tiene ganas de ir al baño, la mamá lo pone entre los carros para que defeque, "¡así de simple!", indicó en un comunicado.

La universitaria refirió que si no hubiera luz eléctrica en la ciudad, y si las heces fueran luminosas, podríamos alumbrarnos con ellas por las noches.

Esa ironía, dijo, se debe a que es tanta la materia fecal expuesta en el ambiente que al deshidratarse se convierte en polvo que es arrastrado por el viento.

De esa manera, se convierte en un factor potencial de transmisión de enfermedades como el cólera, gastroenteritis viral o bacteriana, además propicia la proliferación de fauna nociva.

"La mejor forma de evitar esta situación es ser responsables y recoger los desechos de nuestras mascotas, y en el caso de las personas, cambiar de hábitos y utilizar el sanitario", puntualizó.

Señaló que el baño es un invento que ha permitido tener una mejor calidad de vida al instaurar un sistema sanitario en el hogar y los trabajos.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el retrete se logró un incremento significativo en la economía de las comunidades al permitir crear un sistema de saneamiento separando el agua limpia de la sucia.

Detalló que por cada dólar invertido en un sistema de saneamiento de este tipo hay un retorno de cuatro dólares que no se destinan a enfermedades que ocasionan ausentismo escolar y laboral.

De igual manera, destacó la importancia de limpiar de forma regular el retrete, así como lavarse las manos después de ir al baño.

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