Desde que James Dean desplegó toda su rebeldía con su coupé Mercury en el clásico de 1955 "Rebelde sin causa", los autos han estado bombeando gases a la cultura pop.
Una década más tarde, Steve McQueen aflojaba tapacubos en un Bullitt Mustang; luego, Burt Reynolds irrumpió en la taquilla como el bandido que huía de la policía al volante de un Pontiac Trans Am. Ahora, Jason Statham maneja un McLaren 720S bajo dos remolques para escapar del antagonista en motoc en la última cinta de Rápidos y Furiosos.
Pero los automóviles eléctricos todavía están esperando su turno para reinar sobre la alfombra roja.
Dado que estos modelos generalmente pierden dinero y aún representan menos de 2 por ciento del mercado estadounidense, los fabricantes todavía dedican gran parte de sus valiosos dólares de mercadeo a la promoción de vehículos de combustión.
"La lógica básica sería que si se está ganando un montón de dinero con camionetas y todoterreno grandes, cada dólar que se pone en el mercadeo de esos productos paga más que el dólar que se pone en los vehículos eléctricos con los que se está perdiendo dinero", explica Mark Wakefield, jefe de la práctica automotriz en la consultora AlixPartners.
Ha habido un puñado de excepciones recientes. Por ejemplo, la megaexitosa película de Marvel Studios Avengers: Endgame presenta a Iron Man en un Audi e-tron GT eléctrico, y es obviamente el tipo de artilugio futurista que Tony Stark querría tener.
Pero los fabricantes de automóviles todavía prefieren mostrar principalmente los autos deportivos que pulen la imagen de marca o generan dinero en películas y series de televisión. Un ejemplo es General Motors: en el pasado, el fabricante tuvo problemas para mantener existencias del Camaros durante el verano que fue Bumblebee en la serie Transformers.
Más recientemente, se acercó a una audiencia diversa al colocar su camioneta GMC Sierra en la renovación del exitoso programa Queer Eye, que se transmite por Netflix.
Cuando se trata de colocar productos en Hollywood, televisión y videos musicales, "generalmente no se paga por ello a menos que sea fundamental en la trama o se mencione el nombre del automóvil", asegura Michael McSunas, exlíder de colocación de productos para Fiat Chrysler Automobiles NV, en un correo electrónico.
Las compañías generalmente pagarán el transporte del vehículo al set o una agencia se encargará de las colocaciones.
"Un automóvil en este país es mucho más que un vehículo con cuatro ruedas que lleva del punto A al punto B", asegura Robert Thompson, profesor de televisión y cultura de la población de la Universidad de Syracuse. "Los autos están llenos de mitología estadounidense, y mucha. Y el auto eléctrico simplemente no ha existido lo suficiente como para reunir ese tipo de mitología".
Los autos eléctricos fueron en gran parte curiosidades para activistas ecológicos hasta 2012, cuando el Modelo S de Tesla comenzó a venderse. El Nissan Leaf también estaba estableciendo una posición en el mercado, y el público comenzó a ver más vehículos eléctricos en las carreteras, elevando su perfil, afirma Raejean Fellows, presidente de la Asociación de Automóviles Eléctricos.
Pero Tesla no ha pasado por el cine para obtener tracción en el mercado. El líder de autos eléctricos evita la publicidad tradicional y, en cambio, confía en la destreza promocional de su director ejecutivo, Elon Musk.