Un doctor jalisciense, con apoyo de la impresión 3D, desarrolla prótesis craneales 95 por ciento más baratas que las que regularmente se producen para tratar ciertas lesiones que requieren craneotomías.
Con el proceso tradicional, la pieza llega a costar hasta 230 mil pesos cuando se manda a hacer a Suiza, en donde se tiene la patente del polímero de alta generación usado.
"La prótesis cuesta entre 10 mil pesos y 11 mil pesos; la operación siempre se considera aparte, esto es la pura prótesis. Las prótesis tienen costos muy elevados, es por eso la necesidad de generar ahí que el paciente no gaste tanto", explicó el cirujano plástico Juane Pérez.
Junto con el doctor maxilofacial Javier Peña y el diseñador industrial Jorge González, Pérez utiliza las radiografías y tomografías del paciente para replicar el cráneo digitalmente y con modelado en 3D desarrolla un prototipo de la parte faltante del hueso.
Luego, en impresoras 3D Createbot Max se crean tanto el prototipo de la pieza faltante como la réplica de un fragmento del cráneo del paciente; la impresión tarda entre 35 y 40 horas.
El siguiente paso es pulir la pieza hasta que embone con la réplica del cráneo, y una vez que esto se logra se manda a hacer la prótesis final con un material llamado polimetilmetacrilato. En esta etapa colabora un técnico con entrenamiento dental quien puede tener lista la pieza en un día.
El doctor Pérez, quien trabaja en el Hospital Civil de Guadalajara, ha hecho ocho piezas que han sido injertadas por neurocirujanos y espera cerrar el año con entre 10 y 12 intervenciones.
"El primer paciente fue este muchacho Christian (operado en enero); fue nuestro paciente piloto, tenía 12 años y ahorita él ya está en la secundaria, funcional, no se le ve el defecto, se le ve la cicatriz en el cuero cabelludo, pero el defecto que él presentaba, que era un defecto impresionante de media cabeza sumida, ya no lo tiene y, bueno, a él hay que darle un seguimiento", comentó.
Christian sufrió un golpe en la cabeza tras caer de una azotea, lo que provocó que su cerebro se inflamara considerablemente por lo que sus médicos tuvieron que retirarle un pedazo del cráneo para evitar que la presión provocara un colapso.
"Lo dieron de alta tres meses después de haber estado durante 25 días en terapia intensiva y el resto del trimestre en observación. En casa estuvo sin el pedazo del cráneo otros cuatro meses más", contó Verónica Languren, madre de Christian. La familia del joven pagó dos mil pesos por la prótesis, Pérez y Peña pusieron el resto para poder desarrollar esta iniciativa. Los especialistas en diseño y odontología también donan su trabajo.
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LOS SIGUIENTES PASOS
Pérez y los otros especialistas trabajan en un artículo científico que ayude a impulsar la validez de su método y así buscar inversión; calcula que son necesarios dos millones de pesos para, tras conseguir el registro sanitario, montar un laboratorio en donde producir los implantes a una escala mayor.
"Ahorita lo que estamos haciendo es un proceso de investigación dentro de una institución pública la cual tiene un comité de ética, en la cual la Cofepris está de cerca, entonces una vez que nuestro comité de ética certifique que nuestro proceso concluyó se le presenta de vuelta a la Cofepris el proceso", explicó el cirujano.
Si se comprueba que el proceso de impresión 3D con el que trabajan no tiene un riesgo sanitario por arriba de las opciones en existencia, podrán producir en una mayor escala.