Samsung detuvo la producción de sus problemáticos smartphones Galaxy Note 7, una medida que pone fin a un dispositivo que se ha convertido en un dolor de cabeza para la compañía más grande de Corea del Sur.
Tras el anuncio, las acciones se desplomaron 8 por ciento en la bolsa coreana, la mayor caída desde 2008, y restaron 17 mil millones de dólares en valor de mercado a la firma.
Samsung ya había retirado una vez el Note 7, luego de reportes de que las baterías explotaban, y las decisiones de esta semana de pedirle a los consumidores que no lo usen y dejar de producirlo ocurren luego que móviles remplazados también estallaran.
Los analistas estimaron que la primera retirada, anunciada en septiembre, costaría entre mil millones y 2 mil millones de dólares, pero esa cifra se elevará ahora. Chung Chang Won, analista de Nomura Holdings, estimó en un informe antes del anuncio de este martes que el peor de los escenarios, finalizar la producción, le costaría a la empresa alrededor de 5 mil millones.
Así, la tecnológica surcoreana no podrá contar con un teléfono inteligente de alta gama para la temporada de compras navideñas, y con el cual supuestamente iba a competir contra el iPhone 7 de Apple.
La crisis ha dejado a Samsung luchando para averiguar la causa de los incendios y con cuestionamientos sobre cómo una compañía conocida por su experiencia en la manufactura dejó pasar un defecto tan crítico dos veces. Samsung atribuyó los problemas originalmente a un proveedor de baterías y cambió a otra compañía, pero ahora está investigando el tema de nuevo.
"Debe encontrar la causa y decir claramente qué hará al respecto", dijo Yoo Jong-Woo, analista de Korea Investment & Securities. "En esa forma, sus clientes no se sentirán intranquilos al adquirir otros teléfonos de Samsung".
El anuncio de la surcoreana se produjo después de que los consumidores reportaron problemas con los teléfonos supuestamente seguros en Estados Unidos y China, y proveedores como AT&T y Australia Telstra detuvieron la venta del producto.
En un caso, un vuelo de Southwest Airlines de Louisville, Kentucky, fue evacuado debido a que un Note 7 reemplazado comenzó sacar humo y quemó la alfombra de la aeronave.
La responsabilidad de sacar a la empresa de esta crisis ha caído en Jay Y. Lee, vicepresidente y aparente heredero del conglomerado más grande de su país. Su padre y patriarca de la familia, Lee Kun-hee, quien sigue siendo el presidente, ha estado hospitalizado por más de dos años después de un ataque al corazón. La unidad de telefonía está dirigido por D. J. Koh, quien tomó el mando en diciembre.
El Note 7 debutó con excelentes críticas en agosto, pero los aplausos se convirtieron en críticas en semanas a medida que los teléfonos explotaban y las imágenes de los móviles carbonizados comenzaron a aparecer en las redes sociales. Samsung anunció el primer retiro en Corea del Sur el 2 de septiembre, con un llamado inicial de 2.5 millones de unidades. La compañía no ha dicho cuántos teléfonos se verán afectados ahora.
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