Pocas cosas motivan a los empleados de Samsung tanto como la oportunidad de aprovechar una debilidad de Apple.
Este año, los gerentes de la empresa surcoreana comenzaron a oír que el próximo iPhone no tendría innovaciones espectaculares. Además, el dispositivo se parecería a los dos anteriores. Sonaba como una posible oportunidad para que Samsung pasara al frente.
Entonces, los 'mandamases' de Samsung Electronics, entre ellos D.J. Koh, el jefe de teléfonos, decidieron acelerar el lanzamiento de un celular nuevo que, según confiaban, deslumbraría a los consumidores y aprovecharía la oportunidad, según fuentes del sector.
Presionaron a los proveedores para que cumpliesen plazos más estrictos, a pesar de las muchas funciones nuevas, dijo otra fuente del sector.
El Note 7 tendría una pantalla de alta resolución que se envuelve en los bordes, reconocimiento de iris para la seguridad y una batería más poderosa que se recargaría más rápido.
Las provocaciones de Apple, que decía que Samsung era una imitadora, quedarían acalladas para siempre.
Luego, todo salió mal. Unos días después de la presentación del Note 7 en agosto, surgieron rumores online de que las baterías del celular se prendían fuego. Para fin de mes, habían ocurrido decenas de incendios y Samsung se estaba dando prisa en entender qué andaba mal.
El dos de septiembre, Koh convocó a una sombría conferencia de prensa en Seúl, en la que anunció que Samsung reemplazaría los 2.5 millones de modelos enviados hasta el momento. Lo que debía ser un triunfo, resultó un fiasco.
El tropiezo dio paso a la introspección en el conglomerado Samsung y en Corea del Sur, donde la empresa emplea a cientos de miles de personas y es venerada por encabezar el ascenso del país desde la Guerra de Corea.
La principal unidad de Samsung, la de productos electrónicos, se ganó su reputación por productos de alta calidad y tecnología de avanzada, y se transformó en el fabricante de celulares más grande del mundo y en un rival poderoso de Apple en innovación. En un grupo de discusión online, un empleado calificó el incidente de "humillante".
Los ingenieros de Samsung se apresuraron para determinar la causa del problema y trabajaron durante el feriado por el Festival de la Cosecha la semana pasada.
Hasta ahora, las explicaciones más completas de la empresa aparecieron en informes a agencias gubernamentales de Corea, China y Estados Unidos. Las conclusiones iniciales señalaron un error en la producción que presionó las chapas dentro de las células de las baterías. A su vez, eso hizo que entrasen en contacto los polos positivos y negativos, lo que generó un exceso de calor que hacía que las baterías explotaran.
El presidente de la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo de Estados Unidos fue más explícito cuando su agencia anunció un retiro oficial el jueves 15 de septiembre.
Él dijo que la batería del celular era un poco grande para su compartimiento y que el espacio ajustado la pinchaba, lo que causaba un cortocircuito. "Claramente, no vieron algo", dijo Anthea Lai, analista de Bloomberg Intelligence.
"Estaban dándose prisa en adelantarse a Apple y cometieron un error".
Además, el iPhone 7 de Apple no fue tan poco inspirador como podría haber anticipado Samsung. Si bien mantuvo el mismo diseño físico con cambios tecnológicos modestos, sus fieles hicieron fila igual en las tiendas de todo el mundo el viernes pasado para conseguir el nuevo aparato.
"Esto es una crisis y un golpe para la imagen de Samsung", dijo Kim Sang Jo, profesor de Economía de la Universidad Hansung en Seúl.
"Claramente se cometieron errores procedimentales y la compañía tendrá que recuperar la confianza de consumidores e inversores".
placeholder