Si eres un fanático de Disney, de alguna manera hubo algo para ti en la presentación de cuatro horas en el Día del Inversionista de la empresa esta semana.
La compañía de entretenimiento más grande del mundo promocionó planes para docenas de nuevas películas y programas de televisión, y planea un aumento en el gasto en contenido de hasta 16 mil millones de dólares al año para 2024. Alrededor de 80 por ciento de la alineación está dirigida a la creciente variedad de servicios de streaming de Disney.
En la vanguardia de la oferta aparecen 10 series de Star Wars, incluidos las dos primeras series derivadas del show The Mandalorian. Hay 10 series de Marvel, incluidos proyectos con un elenco profundo de superhéroes negros y femeninos. Los personajes de películas recientes como Moana, Zootopia y Big Hero 6 también recibieron programas de televisión. Incluso Dug, el adorable perro de la película de Pixar de 2009, Up, obtendrá su propia serie.
"Lo que estamos viendo es una empresa que dice: 'Necesitamos hacernos muy grandes, muy rápido' en streaming, dijo Peter Newman, productor y profesor de cine en la Universidad de Nueva York.
Walt Disney, junto con el resto de Hollywood, ha estado haciendo esto durante años: empapando al público con secuelas y remakes. En algunos casos, las ideas recicladas equivalen al éxito reciclado: una nueva versión de 2019 del éxito animado de Disney de 1994 El Rey León, generó mil 660 mil millones de dólares en ventas de boletos a nivel mundial.
No obstante, todos los estudios necesitan al menos algunas ideas nuevas si quieren crear las franquicias del futuro y limitar el riesgo de fatiga por nostalgia entre el público.
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"Al menos por ahora, la estrategia principal parece ser extender su atractivo generacional incorporado al volver a visitar historias y personajes familiares para la Generación X y los millennials mayores", consideró Shawn Robbins, analista jefe de Boxoffice Pro.
"El riesgo inherente es la posibilidad de alienar a una audiencia debido a la sobreexposición o una serie de contenido insatisfactorio", agregó.
Para algunos observadores de Disney, los planes de gastos de la compañía son un regreso a una era que pasó hace mucho tiempo. Disney fundó Touchstone Films en 1984 para hacer películas originales para adultos de presupuesto medio como Splash, la historia de amor de sirenas protagonizada por Daryl Hannah y Tom Hanks, a la que siguieron filmes como Mujer bonita y El color del dinero.
Cuando Bob Iger asumió el cargo de director ejecutivo en 2005, Disney cambió de rumbo, centrándose en películas de gran presupuesto basadas en personajes conocidos que podían venderse bien al extranjero y atraer tanto a niños como a adultos. Iger compró Pixar, Marvel y Lucasfilm para adquirir personajes e historias que, según dijo, atravesarían el desorden de un mercado de entretenimiento abarrotado.
Menos es (muchísimo) más
El número de estrenos de Disney se desplomó de alrededor de 36 películas al año, incluidas películas del sello Miramax que alguna vez fue de su propiedad, a solo 10 en 2018. Sin embargo, las ganancias de las películas de Disney aumentaron a un récord de 3 mil millones de dólares en ese año, desde 662 millones de dólares en 2004, y el estudio dominó la taquilla.
Ahora, la compañía ha vuelto a hacer esas películas de presupuesto medio, junto con casi cualquier otra cosa que la gerencia crea que podría funcionar. Iger, ahora presidente ejecutivo, indicó que la compañía está en camino de lanzar 100 títulos nuevos al año, solo para Disney +.
La alineación presentada por Disney con sede en Burbank, California, incluye una serie de versiones de películas anteriores. Hay una serie de The Mighty Ducks para Disney +, basada en la serie de películas de los noventa, y se anunciaron remakes y secuelas de Tres hombres y un bebé, de 1987, Socios y sabuesos, de 1989 y Cambio de hábito, de 1992.
También regresan las películas deportivas para 'sentirse bien', un género en el que Disney se destacó alguna vez con características como Remember the Titans de 2000.
Quizás en el momento más grande de la compañía "hasta el infinito y más allá", Disney está haciendo una película real sobre un filme imaginario en el que supuestamente se basó el personaje de Buzz Lightyear.
En defensa de Disney, hay material completamente nuevo. Iwaju, una producción animada ambientada en Nigeria, se basará en el trabajo de dibujantes africanos. El escritor de Hamilton, Lin-Manuel Miranda está creando Encanto, un musical animado sobre Colombia.
El aumento del gasto significará mucho trabajo para los escritores, productores y actores, remarcó Peter Sealey, exjefe de marketing y distribución de Columbia Pictures y ahora consultor. Los grandes perdedores son los cines. Aunque Disney aseguró que todavía lanzará sus películas más importantes en las salas, la avalancha de contenido en línea solo le da a la gente más razones para quedarse en casa.
"Es una toma de poder enorme", dijo Sealey. "Si alguien puede hacerlo, Disney puede".