El integrador logístico de contenedores marítimos A.P. Moller - Maersk ofrece una perspectiva de lo que está sucediendo en el sector logístico, el “efecto látigo” en la cadena de suministro y las formas para minimizar o superar algunas de las incertidumbres.
Ante un panorama en que los minoristas están sobrecargados de inventario, con un incremento de 40 por ciento del catálogo respecto al año pasado, la demanda se ha ido recuperando lentamente, especialmente para productos como abarrotes, belleza y cosméticos, artículos de primera necesidad para el hogar y categorías de temporada como el verano y el regreso a clases.
Sin embargo, los almacenes están saturados, y conforme llegan nuevos productos, los minoristas necesitan idear estrategias para deshacerse de los excedentes, lo que, a su vez, tiene un impacto negativo en sus márgenes. Los minoristas más reconocidos de EU ya han anunciado que las ganancias se verán afectadas a corto plazo mientras intentan mantener sus niveles de inventario en línea con la demanda del mercado.
De acuerdo con A.P. Moller - Maersk estos últimos años el mundo ha visto que la adaptabilidad es crucial y la cadena de suministro no es la excepción.
Los vendedores han sido testigos de cambios en la demanda, aumentos en el inventario, cambios en los hábitos de los compradores; todo esto de manera desproporcionada y haciendo de la cadena de suministro un mundo resistente. Eso ahora se llama “efecto látigo” y es más común en la industria logística, causando grandes retrasos.
El sector logístico ha tratado de responder a las interrupciones de la demanda y las empresas han enfrentado pérdidas de ingresos por artículos agotados y márgenes reducidos por descuentos en artículos con exceso de existencias.
El “efecto látigo” proviene de los repentinos picos y caídas de la demanda. Muchas partes interesadas están involucradas en la cadena de suministro, lo que abre oportunidades para reacciones irregulares a los repentinos cambios en la demanda. Las ineficiencias, la falta de comunicación y los retrasos entre las múltiples partes provocan estas interrupciones, lo que genera más reacciones al tratar de estabilizar la cadena de suministro.
Las suspensiones de los puertos y los cierres de fábricas han hecho que los minoristas adelanten sus compras para tener suficiente inventario. Parte de este inventario todavía está acumulado en los almacenes.
Algunas alternativas para minimizar el efecto látigo son:
- Investigar y aprender por qué ocurren los cambios en la demanda y su contexto.
- Minimizar la complejidad en la cadena de suministro por medio de una mejor comunicación que permita respuestas fluidas y continuas.
- Comprender y mejorar la visibilidad del inventario.
- Disminuir los plazos de entrega: la automatización y la localización son dos soluciones clave para que el inventario fluya en los almacenes.
A.P. Moller - Maersk asegura que estas acciones no eliminarán el “efecto látigo”, pero lo minimizan. Es imposible predecir un cambio en el comportamiento de los clientes y su impacto en el mercado. La motivación es intentar que los almacenes sean lo más eficientes, ágiles y rentables posible.