No es un secreto a voces que la escasez de operadores en el autotransporte de carga ha puesto en una posición complicada no solo a México, sino a todo el mundo.
A través de un estudio en 2022, la Organización Internacional del Transporte por Carretera, (IRU por sus siglas en inglés) estimaba que existía un déficit de 2.6 millones de conductores profesionales a nivel mundial, un problema con una tendencia de crecimiento de 7 a 10 por ciento en los años subsecuentes.
En México, de acuerdo con IRU, en esas fechas había un déficit del 30 por ciento en conductores, poco más de 54,000 operadores, cifra que continúa elevándose aún más por la falta de incentivos, inclusión, seguridad carretera y salarios competitivos en el gremio.
Asimismo, las cifras de la IRU continúan y revelan que en nuestro país apenas un 2.4 por ciento del total de los operadores de camiones y tractocamiones en activo, son mujeres.
Para resolver este déficit de operadores e incluir a las mujeres como parte de una solución a esta situación, además de abrir oportunidades a este sector de la población y fomentar la inclusión laboral, en los últimos años armadoras y empresarios del autotransporte han promovido con recursos propios, alianzas entre clientes y proveedores para la conformación de escuelas que ofrezcan programas específicos para sumar a las mujeres en esta industria.
Por ejemplo, Scania de México creó el año pasado un programa especial para mujeres operadoras de tractocamiones llamado: “Conductoras Scania”, del cual ya ha egresado su segunda generación.
“Este año habremos sumado 21 operadoras al gremio transportista, más 11 de la primera generación”, indicó Rodolfo Hernández Casanova, Sustainable Transport Solutions Manager de la armadora.
Con dos años de haberse creado, la Asociación de Mujeres Operadoras (AMO) lleva ya ocho generaciones de las cuales se han graduado 30 mujeres.
Su presidenta y cofundadora, Paola Moncada aseguró que el propósito es contribuir a reducir el déficit de operadores e impulsar la participación del género femenino en el transporte de carga abriendo oportunidades para que ellas puedan integrarse y conseguir un ingreso para su familia.
Igualmente, para resolver la falta de operadores hace cuatro años Grupo Transmontes (TM) fundó su propio instituto, en donde una vez capacitados los conductores se integran a la compañía.
“Impulsamos la capacitación de mujeres y hombres, a la fecha se han graduado 20 generaciones. En la empresa tenemos 300 operadores en México y 280 conduciendo en Estados Unidos, un 40 por ciento de ellos son egresados de nuestro instituto. Sin embargo, hasta ahora solo seis son mujeres y pronto se integrarán ocho egresadas del programa de Conductoras Scania. Tenemos mucho que hacer para impulsar la inclusión de las mujeres en la industria”, indicó Noé Montes, presidente de Grupo TM.
Invertir en inclusión y dignificación
En esta labor por impulsar a las mujeres, estas empresas han buscado recursos con asociaciones, instituciones e iniciativa privada para becar, cubrir gastos de exámenes, materiales y trámites para las aspirantes a conductoras.
“Es importante que estos proyectos se lleven a cabo de manera transversal, para que participen diversos sectores con recursos para atender tanto la ausencia de talento como la equidad de género y romper paradigmas. Aunque el verdadero valor se percibe cuando las empresas transportistas contratan a las graduadas”, enfatizó Rodolfo Hernández Casanova.
Asimismo, Noé Montes agregó que tener un instituto propio no sido fácil ya que en su caso invierten entre seis y ocho millones de pesos al año, además de tener gente especializada y camiones nuevos de última generación para que se familiaricen con las nuevas tecnologías.
“Los empresarios del autotransporte debemos empezar a hacer las cosas diferentes y ‘pagar el precio’ e incluir la capacitación a los costos de operación, y aunque muchos de los egresados no se queden en la empresa, al menos se queden en la industria”.
Además, agregó que, para motivar aún más este oficio, Grupo TM ofrece un plan de carrera para quien esté interesado en trabajar en Estados Unidos. “Tras la debida capacitación un operador puede trabajar en nuestra empresa hermana en Estados Unidos, y eso, es un plus”.
Como conclusión, Noé Montes reconoció que este problema no se va a resolver solo con más escuelas, ya que este es un problema de trasfondo cultural. “Debemos hacer una autorreflexión, pensar en el cambio al interior de las organizaciones, pensar como empresarios entendiendo que somos un eslabón muy importante para la cadena logística, valorar y dignificar a la industria a través de los operadores y la inclusión de las mujeres”.