Perú. Walter Sulca pertenece a una familia que se ha dedicado a los textiles tradicionales peruanos desde hace muchas generaciones, tantas que le es difícil determinar exactamente cuántos años se han heredado los conocimientos.
Él junto con Elizabeth Flores, su esposa, dirige el Museo Sulca en Cusco, un espacio que está pensado como museo, tienda y taller dedicado exclusivamente a recuperar, reproducir y mostrar textiles tradicionales de diferentes regiones de Perú.
El museo es privado, la museografía partió de los conocimientos que Elizabeth Flores tenía de los años que trabajó en el sector turístico y de los que adquirió visitando otros recintos.
La fama de la familia Sulca y el trabajo de rescate de Walter y Elizabeth los han llevado a crear piezas para hoteles en Inglaterra, Austria, varios complejos de la cadena Belmond e incluso para el Banco de México.
Sulca reconoce que los años están erosionando lo que queda de su legado y admite que el turismo es un detonador tanto para la preservación de su herencia textil como para su reconocimiento.
“Si no tenemos turismo se truncan nuestras expectativas” comentó en entrevista Walter Sulca.
Como parte de la expansión de su proyecto, pretende inaugurar en diciembre un nuevo espacio, dentro del museo ya existente, que tendrá como objetivo exhibir las piezas textiles de sus ancestros y de los maestros de la familia Sulca.
La colección de piezas que formarán parte de la galería son recuperadas de hoteles, coleccionistas, galerías privadas y personas cercanas que han devuelto los tejidos. Para los más deteriorados, el objetivo de Sulca es reproducirlos.
“Mi cultura debe continuar pero si no hay ayuda de los gobiernos, de las instituciones o de las agencias de viajes con el tiempo está destinada a desaparecer” dijo.
PromPerú, la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación, lo ha apoyado a hacer viajes para presentar su trabajo en el mundo. Sin embargo, lo urgente, de acuerdo con Sulca, es crear una escuela para heredar las técnicas y preservar la herencia textil.
Acciones colectivas
El Centro Cultural Parwa, en Chinchero, es una cooperativa de mujeres que heredaron sus técnicas de sus madres y abuelas.
Parwa es una tienda y un lugar en el que las involucradas enseñan a los turistas los métodos y técnicas tradicionales de teñido y tejido de fibras naturales.
Nelly Uscapi, parte del colectivo, explicó que el principal beneficio del centro cultural es que ha dado independencia económica a todas las involucradas.
El proyecto ha recibido apoyo y capacitaciones del gobierno peruano para difusión. Además les enseña administración y métodos para conservar la rentabilidad del negocio.
Al igual que el Museo Sulca, la cooperativa se sostiene del turismo.
En el caso de las artesanas, los patrones y figuras tejidos en los textiles son conocimientos de generaciones de mujeres que empiezan a heredar a las niñas cuando cumplen alrededor de ocho años.
Para aprender a hacer las figuras, aprenden de memoria cómo hilar las fibras. Dado que los patrones son herencia familiar no se pueden copiar, reproducir ni compartir a externos.
Por la complejidad del tejido, cada artesana aprende en total unos 37 patrones en toda su vida.
Los tejidos no pueden ser más anchos que el antebrazo de la creadora, de manera que para piezas grandes como colchas o manteles es necesario juntar varios tejidos de diferentes artesanas.
“Una pieza grande es el trabajo conjunto de muchas familias, es la herencia y la memoria de varias abuelas” dijo Nelly Uscapi mientras mostraba una colcha para cama.
El turismo
Tanto el Museo Sulca como el Centro Cultural Parwa persisten en gran medida por las visitas, compras e interés de los turistas internacionales.
Para llegar a ambos es altamente recomendable contratar a una agencia de viajes y guías locales. Mega Travel cuenta con varios programas y rutas para conocer los proyectos de Walter Sulca y la cooperativa de Nelly Uscapi, además de otras atracciones turísticas.