Viajes

Ottawa en invierno

Ottawa no necesita tulipanes primaverales ni follaje otoñal para llamar la atención. Cuando se cubre de nieve, la capital de Canadá invita a comer de lo lindo, a perderse en museos y a disfrutar de espacios al aire libre. A veces, bajo cero y en traje de baño al mismo tiempo.

Ottawa Foto: Marck Gutt

Ubicada entre Toronto y Montreal, donde la provincia de Ontario se da la mano con Quebec, Ottawa se presenta como una ciudad de tamaño medio. Grande como para comer fuera todos los días del año sin repetir restaurantes y pequeña como para no tener que preocuparse por distancias ni traslados que duran horas.

Una colección de museos multidisciplinarios y cocinas que no desaprovechan ocasión para servir maple son algunos de los atractivos atemporales de Ottawa. En invierno, el protagonismo es de cascadas congeladas, pistas de hielo y Winterlude, un festival de varias semanas que programa lo mismo instalaciones de arte urbano que competencias de hacer muñecos de nieve.

Ottawa al aire libre, también en invierno

Cuando la nieve no tiene nada de excepcional, verla caer y acumularse no basta. Ese es el caso de Ottawa, una ciudad que ha aprendido a sacarle partido al agua en estado sólido. Tan pronto como las temperaturas y las condiciones lo permiten, los locales cambian sus chanclas por patines de hielo y sus bicicletas de ruta por juguetes que se entienden mejor con la nieve. ¿Y qué hacemos las visitas? Con ayuda de equipo rentado, seguir sus pasos.

Una de las experiencias que presume Ottawa en invierno es patinar en hielo sobre el canal Rideau, cuando se congela, la pista de hielo más larga del mundo. Si bien los efectos de la crisis climática han hecho de esta una actividad menos predecible, el invierno en Ottawa también ofrece esquí a campo traviesa, patinaje en pistas refrigeradas y cascadas congeladas como Hogs Back Falls. Una alternativa para recorrer la ciudad y aprender de ella al mismo tiempo es tomar un tour guiado de fat biking con Escape. La compañía fundada y liderada por Maria Rasouli, una mujer migrante, hace justicia a la ciudad.

El centro de Ottawa reúne buena parte de los atractivos de la región, pero no todos. Los alrededores de la ciudad resguardan sitios por los que merece la pena un rato al volante. Uno de ellos, del lado de la provincia de Quebec, es Nordik. Equipado con una veintena de jacuzzis, albercas y saunas, este rincón ofrece circuitos de relajación que combinan calor, golpes de frío y tiempo de reposo. Contra todo pronóstico, el invierno resulta particularmente tentador para disfrutar el agua caliente al aire libre. Para quienes no están de acuerdo, Nordik ofrece también espacios techados como camas calientes de piedra y alberca de agua salada para flotación.

Festines calóricos y culturales en la capital de Canadá

Ottawa presume un arsenal de espacios bajo techo que son invitadores todo el año. Siete de los nueve museos nacionales de Canadá están en su capital y elegir uno o dos no es cosa fácil. En el caso del Museo Canadiense de la Historia, un edificio que ya de entrada llama la atención por sus muros que fluyen como el río, las horas pasan como minutos entre mitos fundacionales indígenas, objetos de hace miles de años e historias que buscan reconciliación.

Así como abundan los museos que hacen honor a Canadá abundan también las cocinas. Al mando del chef Raghav Chaudhary, Aiana rinde homenaje a los ingredientes del país con platos como risotto de calabazas y conserva de moras con bannock, pan frito que comparten diferentes pueblos indígenas de Norteamérica. Con una filosofía parecida, pero ambientes y sazón distintos, Norca en el hotel Le Germain propone un viaje culinario con ingredientes de diferentes provincias canadienses. El menú, a cargo de Che Chartrand, incluye rollos primavera con pato de Quebec y steak frites con carne de res de Alberta.

En plan más casual Byward Market ofrece una probadita de multiculturalidad. Pocas cosas son más canadienses que un plato de poutine vegano servido junto a un taco de nopales con salsa de habanero y un envuelto de naan con vegetales al curry. Y en este marcado histórico, esto es cosa de todos los días. ¿Ganas de acompañar las calorías con datos curiosos e historia local? C’est Bon ofrece tours culinarios tan ricos como llenadores.

Marck Guttman es fotógrafo, escritor y partidario devoto del turismo sostenible. Ha publicado más de mil historias en medios nacionales e internacionales y dirige el blog Don Viajes. En esta columna, aborda temas turísticos relacionados con conservación, áreas naturales protegidas y desarrollo comunitario.

También lee: