A medida que más personas anhelan unas vacaciones después del 'gran cierre', Islandia busca adelantarse a los destinos turísticos rivales, mientras protege a su población de un aumento en los casos de COVID-19.
Los viajeros que lleguen al aeropuerto internacional islandés pronto podrán evitar una cuarentena obligatoria de dos semanas al optar por pagar 15 mil coronas (115 dólares) por una prueba in situ mientras la nación busca salvar una industria turística paralizada por la pandemia del nuevo coronavirus.
Las pruebas serán gratuitas hasta principios de julio, después de lo cual los pasajeros que aterricen en Keflavik, el principal centro del país, tendrán la opción de aislarse o pagar por la prueba, informó este viernes el Ministerio de Salud de Islandia.
El turismo representa casi la mitad de los ingresos por exportaciones de Islandia después de que la industria reemplazara a la banca como la fuente clave de las divisas a raíz de la crisis financiera mundial. Atraer a visitantes es clave para resucitar la economía, la cual se espera que se contraiga 8 por ciento este año.
Otros países europeos que dependen del turismo, como Grecia, están siguiendo estrategias similares, permitiendo a los visitantes de más naciones llegar con reglas que varían según el aeropuerto de origen. Reino Unido, por el contrario, ha hecho enojar a las aerolíneas y a las compañías de viajes al apegarse a su plan de dos semanas de aislamiento obligatorio para los pasajeros que arriban.
Islandia, con una población de 365 mil habitantes, ha sido uno de los países más exitosos en combatir la pandemia, limitar las infecciones y realizar pruebas exhaustivas. La nación ha reportado solo un puñado de casos nuevos desde principios de mayo y está en proceso de aliviar las restricciones.