Sobre avenida Reforma se encuentra el primer edificio que se levantó después del sismo de 1985, el cual se consolidó como uno de los pioneros en hotelería de la Ciudad de México; se trata del Hotel Marquis, lugar que hoy se suma no únicamente a la oferta de hospedaje, sino también a la escena culinaria y al turismo wellness.
Hoy, el lujo es tener tiempo para uno mismo y las personas invierten en experiencias que los hagan sentirse y verse bien; así como tener un momento de relajación absoluto, explicó en entrevista Angélica Villalobos, gerente general de Marquis Reforma Hotel & Spa.
En su interior esconde un santuario para la meditación y la relajación de los sentidos: el Spa Marquis, un oasis en medio de la selva de asfalto que hace olvidar las rutinas y el estrés para dar un respiro al espíritu de los viajeros y citadinos por medio de tratamientos, masajes y un jacuzzi que evoca a los baños termales de la época romana.
"Es el primer spa de la Ciudad de México, así como el más grande; hace 15 años era muy difícil convencer a la gente de que fuera a un lugar para consentirse y liberar estrés, pues lo usual era que el terapeuta fuera a la casa de los pacientes para tratarlos", recordó la gerente.
Fuente de la juventud
El visitante encontrará una carta con más de 60 tratamientos corporales o faciales, además de que en el mercado no es común encontrar centros con un buffet tan amplio de opciones. Además, cuenta con 11 cabinas de masaje y cada una tiene un propósito. Hay cabina de agua, una especial para mujeres embarazadas o para procedimientos húmedos.
El spa nació con un tratamiento que se llama baño egipcio o milenario, el cual sigue vigente porque la gente lo continúa pidiendo, utiliza una proteína de leche que al contacto con el agua crea una espuma que sirve para exfoliar el cuerpo; la cama de agua térmica con cromoterapia sirve para trabajar en la espalda de las personas y quita células muertas; el siguiente paso es refrescarse con una regadera suiza que expulsa chorros de agua y toca los meridianos o puntos energéticos del cuerpo.
La sesión se complementa con dos masajes más, uno en cráneo, hombros y reflexología; y otro relajante con duración de 80 minutos para cerrar con broche de oro.
Sol y bienestar
Otra de las características y atractivos del spa son los ventanales que permiten la entrada de los rayos del sol, ya que la luz solar forma parte de la terapia.
"Buscamos la luz del sol para que el visitante conecte con el día; actualmente, la gente pasa muchas horas dentro de las oficinas y una característica del spa es que entra el sol dentro de las cabinas, en pasillos, la alberca y el jacuzzi, para brindar baños de sol y aportar vitamina D al cuerpo", detalló Villalobos.
El diseño del spa estuvo a cargo del arquitecto Roy Azar, quien buscó la manera de crear un espacio citadino que incorporará elementos de lujo, sin olvidar la calidad del servicio.
"Se ha trabajado mucho en el entrenamiento de las terapeutas y el equipo de servicio, para que el apapacho se traduzca en una experiencia sensorial y próximamente estrenaremos nuevos productos y un tratamiento para el verano que sirve para la reducción de celulitis. Y ese es el valor agregado, estar ubicados dentro del primer cuadro de la ciudad y poner al alcance la posibilidad de consentirse sin salir a carretera".
Marquis Reforma Hotel & Spa se ha convertido en un complejo referente del lujo, la salud y el bienestar. Se dice que la palabra spa es un acrónimo de la frase salus per aquam o sanitas per aquam, la cual se traduce en salud a través del agua.