Viajes

Yucatán, un destino que cuenta historias

Con sus atractivos naturales, su gran oferta cultural y una gastronomía inolvidable este es un sitio en donde puedes escribir más de una aventura

Yucatán es un crisol de colores, en su superficie se mezclan el azul de los cenotes, el verde de los follajes y hasta los amarillos de una ciudad. Yucatán es un destino mexicano que cuenta su historia entre líneas, entre sus atractivos naturales y su oferta que los incluye.

Si bien el estado goza de una geografía que lo dota de atractivos heredados de la madre naturaleza, también es cierto que esos atractivos evolucionaron para ofrecer a los viajeros experiencias que se funden entre las tradiciones y lo contemporáneo.

Si hubiera que elegir un punto de partida para explorar el estado, ese punto de partida debe ser Mérida. La ciudad más segura de México es también una ciudad que se camina. Cuando la temperatura no arremete contra los viajeros Mérida ofrece espacios para exploraciones a pie. Si el calor es inusual para quien la visita se recomiendan exploraciones nocturnas.

El centro de Mérida se aprecia en diversas tonalidades. La arquitectura de la ciudad combina arcos y cúpulas con colores vibrantes que adornan las calles adoquinadas. Dentro de muchas de esas enormes haciendas se establecieron museos que bien exhiben parte de la historia de la ciudad u ostentan objetos de sus antiguos dueños.

Si hay que hablar de un buen día para conocer Mérida, ese día es el domingo. Las calles principales se cierran para el tránsito vehicular, de manera que se puede caminar sin problemas entre las casas. Dos zonas idóneas para esta labor son el Centro Histórico y el Paseo Montejo.

Riviera Yucatán

Muy cerca de Mérida está Celestún. En el camino hacia este destino desde Mérida está Kinchil, un pueblo en el que las casas típicas mayas son el común denominador, y si bien es un lugar tradicional, vale completamente la pena, al menos en la lejanía, admirar las chozas blancas con techos de paja.

Celestún es famoso por su ría y sus manglares. Una lancha dirige a los viajeros hasta los manglares flanqueados por cigarras que no reparan en hacer sonidos al tiempo que las personas se adentran en la espesura.

El olor a lodo azufrado es la señal que indica a los viajeros que han llegado a su destino. Un grupo de manchas rosas se acomodan en la lejanía. Esas decenas de flamencos se paran majestuosos casi sin advertir a quien los observa.

En la Riviera Yucatán también se encuentra Arrecife Alacranes, un Parque Nacional considerado como Área Natural Protegida. Uno de sus grandes atractivos es que conforma la estructura coralina más grande del Golfo de México.

Arrecife Alacranes está formado por un conjunto de cinco islotes: Isla Pérez, Isla Blanca o Chica, Isla Muertos o Desertora, Isla Pájaros, e Isla Desterrada. Para llegar hasta donde está la maravilla de aguas poco profundas es necesario contratar una embarcación.

Una vez en la zona mencionada las posibilidades para formar parte fugaz de ese escenario son amplias. Se puede desde hacer buceo recreativo, ir en un tour de observación de flora y fauna, realizar paseos privados en barco, hacer pesca recreativa o simplemente admirar el paisaje desde una lancha.

Zona de cenotes y haciendas

Homún, un pequeño pueblo a una hora de distancia de la capital. Este pueblo es hogar de Yaxbakaltún. Entre enormes rocas y algún rayo de sol colándose, se asoma el cenote de aguas transparentes. Hay dos formas de bajar hacia él, la primera y más segura es por unos largos escalones, la segunda y más aventurera es a rapel.

Para un acercamiento más privado a las maravillas acuáticas, una buena opción son los cenotes Cenote Xocempich y Xchen. Ambos son propiedad privada que puede reservarse con anticipación.

Para llegar a Xocempich es necesario descender por una serie de escalones que guían hasta el centro del lugar. Una vez en el agua la cavidad se adorna con raíces colgantes y plantas tropicales. Corona el lugar un silencio que sólo se rompe con el agua golpeando las paredes de piedra.

Izamal es otro de los lugares ícono de Yucatán. Este pueblo dorado es famoso por estar rodeado de construcciones amarillas. En Izamal está la pirámide Kinich Kakmó, un basamento que, aunque difícil de escalar, regala en su cima una vista maravillosa de todo el lugar. A unos cinco minutos caminando desde la pirámide está el Convento San Antonio de Padua.

Izamal es uno de los tantos ejemplos en el que se amalgama el pasado prehispánico y colonial del estado. Por un lado presenta un templo maya dedicado al dios Kinich y por otro venera al dios cristiano con una edificación de la que se emuló el color.

Golf, spas y gastronomía

Yucatán también tiene una oferta amplia para aficionados al golf y buscadores del bienestar. Para el primer caso está el Country Club de Yucatán, hogar del campo de golf "El Jaguar". Este lugar fue diseñado por el renombrado Jack Nicklaus, y a menudo es considerado uno de los mejores campo de golf de México.

Su extensión se alarga hasta las 7,295 yardas. El pasto que tapiza todos los hoyos en ocasiones toma una pausa de su camino cuando se atraviesa con vestigios arqueológicos de la cultura maya.

El campo está rodeado por una zona residencial para quien quiera descansar. Entre los atractivos de todo el club se encuentran también cuatro lagos, cinco cenotes y varias reliquias arqueológicas mayas.

La parte wellness del estado también está cubierta de lujo. Xixim es un hotel que encumbra el bienestar y el descanso. Ofrece a los viajeros espacios para recibir un masaje, un centro fitness y un pabellón para practicar. Además, adecua su oferta gastronómica a los requerimientos alimenticios de sus huéspedes.

Y no se puede hablar de exclusividad en Yucatán sin mencionar a Chablé. El lujo cobra un sentido diferente en este hotel que, a pesar de contar con 750 acres de extensión, sólo tiene 40 villas privadas.

El complejo está construido en lo fue una hacienda de henequén dentro de la población de Chololá, en Yucatán. Una parte del hotel es del siglo XIX pero está completamente restaurada, mientras que la otra parte está conformada por edificios nuevos.

La totalidad de las habitaciones se divide en 38 villas privadas y dos villas presidenciales. Cada una de las villas privadas cuenta con una piscina particular, así que la privacidad y comodidad también son una garantía.

Otra de las maravillas de Chablé es su spa. El área de relajación se encuentra al borde de un cenote, mismo que forma parte medular de los tratamientos que combinan tradiciones mayas con prácticas contemporáneas. Para elegir el ritual de spa más conveniente hay tres temas en los que puedes basarte: bienestar, belleza y nutrición. Según el elegido los terapeutas te guiarán para que aproveches las instalaciones de la mejor manera y pongas en armonía cada parte de tu cuerpo.

La comida es una parte medular de Chablé. Toda la oferta gastronómica del lugar estuvo diseñada por Jorge Vallejo, chef del restaurante Quintonil. El restaurante principal del hotel se llama Ixi'im, que significa maíz en maya, su menú está hecho con ingredientes locales e incluye las hierbas tradicionales que se cosechan en los jardines mayas.

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