Uno de los grandes logros políticos del movimiento encabezado por López Obrador fue crear un falso dilema.
O uno era partidario de la 4T y del gobierno o era opositor. No había puntos intermedios.
En varias ocasiones así lo explicó AMLO. Eso quería decir que quienes quisieran seguir con él tenían que ser radicales y punto. Nada de negociar ni de matizar.
Así, Morena generó un esquema de autocracia en donde el disenso es equivalente a la traición. Si no, pregúntele a Javier Corral.
En la visión oficial de la 4T, la continuidad del proyecto iba a traer democracia, bienestar e igualdad para el país. Cambiarlo implicaba el retorno a la corrupción y la pobreza.
Como espejo, resulta que en la oposición ese falso dilema, inducido por la 4T, se ha expresado en otro: debe decirse que viene un desastre y si no se asume así, es que se está con la 4T, por ignorancia o por conveniencia.
Este presunto desastre que viene implica el fin de la democracia en México, el sometimiento o enfrentamiento con Estados Unidos, la persistencia sin fin de la inseguridad y una crisis económica y fiscal de grandes proporciones.
Esta visión señala que la economía se va a desplomar; las arcas públicas se van a quedar si dinero; la elección judicial va a ser un desastre; tendremos una crisis política por la reforma constitucional que vendrá el próximo año; habrá una ‘invasión suave’ de Estados Unidos y el crimen organizado mandará en el país.
No tendremos utopía desde luego, pero es muy probable que tampoco venga un desastre.
Pero veamos algunos temas con más detalle.
1-¿Se va a desplomar la economía?
No parece que sea así. El pronóstico del consenso recogido por Citi México señala un crecimiento de 1.6 por ciento para este año y 1.2 por ciento para el próximo. Claro que el país necesita más y esa tasa es insuficiente para satisfacer las necesidades que existen, pero ese resultado está lejos de ser un desastre.
2-¿Se quedarán sin dinero las arcas públicas?
Esa es una posibilidad si a lo largo de la actual administración no se emprende una reforma fiscal en México y si no cesan o al menos no se moderan las transferencias que se hacen a Pemex. La insistencia de Ricardo Monreal, coordinador de los diputados de Morena para discutir el tema creo que es señal que en un futuro no muy distante tendremos ese asunto en la agenda. De Pemex, habrá que esperar señales.
3-¿Será un desastre la elección judicial?
Es probable que haya una escasa tasa de participación de los ciudadanos. También que Morena obtenga el control del Poder Judicial (como lo tuvo el PRI en el pasado). Y también que exista una curva de aprendizaje en el cambio de jueces y magistrados que va a generar diversos problemas. No es lo que quisiéramos muchos, pero le aseguro que gradualmente nos vamos a adaptar a esas circunstancias. ¿Implicarán un retroceso? Sí, pero no será un desastre.
4-¿Hay una crisis política en ciernes por la reforma que viene?
No lo sabemos. Primero habrá que conocer qué reforma se pretende hacer. Y lo que resulta claro es que no se va a emprender mientras la actual autoridad electoral esté con la tarea de organizar la elección judicial, hasta mediados del próximo año.
5-¿Habrá una ‘invasión suave’ de Estados Unidos?
Depende de lo que se quiera decir con ‘invasión suave’. Si eso implica que vamos a tener miles de agentes encubiertos operando aquí y allá, capturando a capos de las bandas del crimen organizado, creo que no va a ser el caso. Lo que tendremos son más presiones de EU para dar resultados en esta materia.
6-¿Tomará el poder el crimen organizado?
En el corto plazo, no parece existir la menor probabilidad de el crimen organizado se haga con el control del poder federal o incluso del poder de la mayoría de los estados de la federación. Eso no significa que no haya territorios controlados o que no haya penetración en las estructuras políticas, lo que lamentablemente no es novedad en México.
Creo que la problemática del país es compleja y muy desafiante en muy diversos ámbitos, pero me parece que aún está muy distante de una circunstancia en la que se pudiera decir que viene un desastre para México.
Si la oposición hace esa apuesta le ocurrirá lo mismo que a quienes pensaban que los electores castigarían a Claudia y premiarían a Xóchitl en las elecciones de junio de este año.