“No todo es verde”, también hay grises e incluso negros, dijo esta semana el director de uno de los bancos más grandes de México al hacer un balance de la situación general del país.
En efecto, el año concluye en medio de claroscuros en materia económica y con incertidumbre sobre la inversión privada en torno a los potenciales efectos de las reformas constitucionales y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Los principales indicadores económicos envían señales encontradas, por lo que es importante profundizar en ellos para no tener una visión sesgada de las cosas.
Del análisis del sector externo se observa que la balanza comercial de México exhibió, en el inicio del cuarto trimestre del año, según los datos más recientes, un comportamiento positivo.
En octubre pasado, el valor de las exportaciones mexicanas de mercancías se ubicó en 57 mil 671 millones de dólares y repuntó 11.2 por ciento respecto al mismo mes de 2023, además de que impuso un nuevo máximo histórico, arrojaron cifras oportunas del INEGI.
Destacó el aumento de 13.5 por ciento anual en las exportaciones no petroleras, a cuyo interior las ventas externas de productos manufacturados se incrementaron 13.2 por ciento contra octubre de 2023.
En la misma línea, las exportaciones de México a Estados Unidos alcanzaron un nuevo récord en octubre, con un monto de 45 mil 492 millones de dólares, de acuerdo con datos de la Oficina del Censo estadounidense, perteneciente al Departamento de Comercio.
La participación de México en las importaciones totales de EU se ubicó en 15.8 por ciento, consolidando su posición no sólo de principal socio comercial, sino de primer proveedor del mercado estadounidense, por arriba de China con 14.4 por ciento y de Canadá con 11.9 por ciento, sólo en octubre.
En el acumulado de enero a octubre, México exportó a ese destino bienes con valor de 424 mil 376 millones de dólares y tuvo una participación en las importaciones de EU de 15.7 por ciento, seguido de China con 13.4 por ciento y Canadá con 12.7 por ciento.
Esto es particularmente relevante en el contexto de las advertencias del presidente electo, Donald Trump, sobre posibles aranceles de 25 por ciento a todas las importaciones de mercancías mexicanas y canadienses como medida de presión para frenar los flujos de migrantes y drogas ilegales como el fentanilo hacia EU.
En sentido contrario, el comportamiento del mercado interno contrasta con el dinamismo del sector externo.
Botón de muestra son los principales componentes de la demanda agregada, el consumo privado y la inversión productiva.
El magro desempeño de la economía mexicana durante este año obedece a los bajos niveles de inversión.
Tan es así que, de acuerdo con cifras del INEGI ajustadas por estacionalidad, la inversión fija bruta en México registró en septiembre pasado una contracción de 2.3 por ciento anual, su mayor caída desde febrero de 2021, además de que, con ello, puso fin a una racha de 42 meses consecutivos con tasas anuales positivas.
Por su parte, el incremento del consumo privado en septiembre fue de sólo 1.7 por ciento anual, su menor avance en 43 meses, desde febrero de 2021.
La creación de empleos formales se corresponde con una economía que crece menos, si acaso a la mitad, de lo que creció en 2023.
En términos de los nuevos trabajadores asegurados en el IMSS, al cierre de noviembre se observó un aumento de 619 mil plazas respecto al cierre de 2023, que representa el menor número de altas para un periodo igual de once meses desde 2009, quitando la fuerte caída de 2020 con la pandemia.
Aun así, el mercado laboral del país muestra solidez, pues la tasa de desocupación se ubicó en 2.5 por ciento en octubre, siendo la más baja desde que se tienen registros a partir de 2005.
Esta semana se publicó la nueva Encuesta Citi de Expectativas, donde los pronósticos de crecimiento del PIB del consenso de analistas tuvieron cierta mejoría, pues la proyección para 2024 fue revisada a 1.6 por ciento desde 1.5 por ciento anterior y para 2025 fue elevada a 1.2 por ciento desde 1 por ciento previo.
Esto ocurre en un entorno de ajustes a las cifras de crecimiento de los trimestres previos por parte del INEGI.
En cualquier caso, la economía mexicana se desacelerará considerablemente desde su crecimiento, con cifras revisadas, de 3.3 por ciento en 2023.