Juan Villoro, el escritor que ayudó a desolemnizar la cultura en México, ingresó anoche a la institución más solemne del país: El Colegio Nacional.
El sociólogo Roger Bartra define al ensayista, cronista y narrador como un descubridor de dimensiones insospechadas en las cosas.
"Es uno de los intelectuales más brillantes que tenemos, es polifacético, creativo, profundo y tiene su propio estilo narrativo, fuerte y con carácter único, con un alto contenido realista, pero al mismo tiempo, con una gran audacia e imaginación", opina el investigador.
Algo que ha caracterizado a Villoro es su estilo lúdico y versátil; escribe tanto de Mick Jagger como de futbol; canciones para Café Tacvba o sobre la Guerra Civil Española.
"El peor pecado de un escritor es tomarse demasiado en serio y olvidar que su trabajo tiene que ver con el juego, con su creatividad, con la libertad y con la transgresión", dice en entrevista con EL FINANCIERO el mismo Villoro.
El ganador del premio Xavier Villaurrutia une su nombre al de 93 de los más grandes pensadores, investigadores, científicos, artistas y escritores mexicanos que han formado parte del Colegio desde su fundación en 1943.
"Me da mucho gusto entrar a un espacio donde ha habido escritores que admiro y respeto. Es un compromiso grande, pero también es una oportunidad de ejercer la literatura que yo represento", agrega.
Ocupar uno de los 40 lugares vitalicios de la asociación – hay disponibles tres-, representa para el escritor la oportunidad de explorar un género especial: la conferencia, a través del cual podrá compartir con la gente su entusiasmo por grandes transgresores literarios.
Su discurso de ingreso fue dedicado a Ramón López Velarde, enorme figura de las letras mexicanas que apareció como personaje de su novela "El testigo". La ceremonia fue presidida por el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, miembro de esta comunidad cultural desde hace 20 años.
"Es una persona joven, pero que ha destacado impresionante, tiene más de 30 libros escritos, ha recibido una buena cantidad de premios. Su voz se ha escuchado en diferentes foros a nivel nacional e internacional, por lo tanto tiene los méritos suficientes para estar aquí", explica el arqueólogo.
Villoro, de 57 años, es el integrante más joven del Colegio, lo cual le brindará una nueva visión y frescura a la emblemática institución.
"Juan es relativamente joven, pero no tanto como para no tener una buena cantidad de experiencia acumulada, y tiene una mentalidad muy fresca", opina Roger Bartra.
De regreso al colegio
Este nombramiento también representa para Juan Villoro un regreso al Colegio con su padre, el filósofo Luis Villoro, miembro desde 1978.
"Hace poco él se burlaba de mí porque estoy a punto de entrar a la tercera edad y me decía: 'tengo un hijo anciano', esta circunstancia geriátrica nos ha ayudado a los dos a estar juntos en el Colegio", dice con buen ánimo Villoro.
"Cuando de niño llamaban a mi padre de la escuela, siempre era una mala noticia, ahora celebro que la vida haya durado lo suficiente para que podamos estar juntos en el colegio sin que sea amenazante", concluye el autor, quien también ha sobresalido en las letras infantiles.
"De niño llamaban a mi padre de la escuela, era una mala noticia, ahora celebro que estemos juntos en el colegio".