Las carreteras del Valle de Guadalupe en Ensenada son verdes por sus montañas y viñedos, y cobre por las rocas que las flanquean. Atrás queda el mar, delante la zona vinícola y la geografía se antoja imposible.
Se recorre por carretera y se brinda generoso en todo su esplendor. A la altura del kilómetro 75 se ubica Encuentro Guadalupe, un sitio que propicia la convivencia con la naturaleza y brinda posibilidades únicas, como dormir junto a una roca monumental en una mullida cama, o tomar un baño de burbujas frente a un mirador natural.
El Antiresort, previamente conocido como Hotel Endémico, se ha enriquecido con la presencia de su nueva socia, la chef Flor Franco, quien tendrá a su cargo, además de la cocina elaborada con productos hechos prácticamente al 100 por ciento en su propia granja y hortaliza, la apertura de la cantina Convivia en julio próximo.
El sitio cuenta con 20 resguardos, todos con vista al Valle. Terrazas, área de piscina y jacuzzi al aire libre, entre otros espacios, cuya característica es la dicotomía entre la inmensidad del paisaje y el aislamiento. Propicio para la creación o el descanso, el sitio es único, con sus 13 hectáreas de viñedo y la brisa del Pacífico. Rústico y moderno, creado con el impulso de quien quiere volver a su tierra, Encuentro Guadalupe, es, según Erick Navarro, el lugar donde compartir vale la pena.
"Ensenada hace 20 años era muy pequeña y si querías estudiar tenías que irte a otra parte, así que me tuve que ir. En 2008 regresé a trabajar la tierra y en 2009 empezamos a platicar sobre el proyecto. En 2011 ya empezamos a tramitar los permisos para construir", recuerda uno de los socios fundadores.
Una experiencia simple motivó la construcción del lugar: "Estar arriba del cerro y querer invitar a un amigo a que sintiera lo que nosotros sentíamos. Volver a tener ese contacto con la tierra y todo lo que ocurre alrededor, como una buena carne asada o pretextos para pasarla bien", agrega Navarro.
Para la chef, fundadora de Indulge Contemporary Cuisine en San Diego, ésta también fue una forma de regresar a su país. Flor Franco creció alrededor de la cocina. "Mi padre fue agricultor, tenía ranchos de cítricos y de animales. Mi primera hortaliza la tuve a los 6 o 7 años; mi primer pollo lo maté a los 7; el primer puerco a los 9; pescar, desde siempre. Es una manera en la que he vivido; no había productos congelados, de lata, todo lo hacíamos nosotros desde entonces".
Su misión será inventar una cocina nueva no sólo para Encuentro Guadalupe, sino para Baja California. "Mis menús no se parecen a nada, es comida mexicana, pero con la nueva propuesta de Baja. Tenemos todo en un solo lugar: mariscos, carnes, todo lo orgánico, los vinos, los quesos", concluye, quien sirve entre sus creaciones un mole de 39 ingredientes.