Cuentista, comediante de alta escuela, amante del teatro y la música, son algunos de los adjetivos adjudicados a Juan José Arreola Zúñiga, una de las voces fundamentales de la literatura mexicana moderna, cuyos restos mortales serán trasladados el próximo lunes 21 de septiembre (en su natalicio 97), a la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, en Guadalajara.
El autor de La feria, originario de Zapotlán el Grande (hoy Ciudad Guzmán), fue un aficionado al ajedrez y melómano; que en opinión de especialistas consultados por Conaculta fue un maestro en toda la amplitud de la palabra, y uno de los dos más grandes narradores de México, junto con Juan Rulfo.
Para Felipe Vázquez, especialista en la figura de este jalisciense destacado, Arreola es un gran escritor, muy divertido, toda su obra está penetrada por el humor a veces muy fino o un poco sarcástico, su prosa es excelente, armoniosa, escultórica, muy bien reconstruida; escrita para ser leída en voz alta, es como si él nos la estuviera contando", indicó.
El autor de Confabulario nació en el seno de una familia modesta, pero estuvo abrigado por la cultura. Desde joven empezó como recitador, le decían Juanito el recitador, y muy pronto también se volvió maestro, él era un pedagogo natural, todo lo que aprendía lo transmitía a terceras personas, adquirió una gran cultura y erudición, le nacía transmitir conocimientos y la experiencia que había adquirido.
Por su parte, también en entrevista, la especialista Sara Poot-Herrera mencionó que Juan José Arreola fue un hombre de pensamientos e ideas, un traductor y reseñador de libros que aportó a la cultura mexicana su estilo literario con un magnífico manejo de la lengua, un oído prodigioso, capacidad sintáctica, filología, y un fuerte amor a la palabra.
Para el escritor Hernán Lara Zavala, quién conoció a Juan José Arreola como maestro y amigo, en una conferencia impartida en el Cecut sobre el autor mexicano, dijo que leer su obra da la impresión de ser un hombre que supo de muchas cosas y sobre todo que supo transmitir un amor al lenguaje extraordinario.
Adolfo Castañón, junto a Nelly Palafox escribió el libro Para leer a Juan José Arreola (2009); en una de las presentaciones del libro editado por la Dirección General de Publicaciones, el ensayista describió a Arreola como uno de los escritores más divertidos, más sabios y con más sentido teatral.
"Con más sentido de lo que es la palabra y la responsabilidad de la palabra. Como escritor, como maestro, como animador de talleres, como editor que lanzó a numerosas generaciones, como jugador, como un hombre que le dio un sentido deportivo a la literatura mexicana contemporánea y como un hombre profundamente generoso y desinteresado".