Este fin de semana habrá una votación para decidir la independencia de Cataluña. Y el Camp Nou, estadio del Barcelona, parece ser el epicentro del movimiento separatista. De las tribunas en donde juega de local el equipo de futbol más poderoso del mundo, se escucha a menudo el grito "¡Independencia!, ¡Independencia! ¡Independencia!" en el minuto 17 de cada partido. Ya no sorprende a nadie, el futbol y la política van siempre de la mano en el estadio del Barsa.
El mundo deportivo está al pendiente de las elecciones en esta región, sobre todo porque se preguntan: ¿qué pasaría con el club si Cataluña se separa de España? Funcionarios del gobierno español y de la Unión Europea dicen que Cataluña podría quedar afuera de la UE.
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Barcelona podría incluso ser marginada de la liga española. La región tiene otro club en la primera división, Espanyol, y tres en segunda, Girona, Nastic y Llagostera, lo que implica que no hay suficientes equipos como para formar una liga relevante.
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Artur Mas, líder regional a favor de la independencia, ha tratado de convencer al electorado de que Barcelona seguirá jugando en la liga española en caso de triunfar los separatistas. "La liga no renunciaría a su principal activo, Barsa-Madrid", declaró Mas a la revista Paneka, aludiendo al clásico entre el equipo culé y los merengues. "La liga española necesita como el pan que come que el Barsa siga estando allí".
Por su parte, Miguel Cardenal, presidente del Consejo Superior de Deportes de España asegura que la exclusión de los equipos catalanes de las competencias españolas sería "algo natural" si Cataluña se independiza. "Los deportes fueron organizados de acuerdo a criterios geográficos", expresó Cardenal. "Los campeones no pueden ser de otros países". Lo que es un hecho es que si Barcelona representa el nacionalismo catalán, Real Madrid es el símbolo de una España Unificada.
Los partidos independentistas esperan conseguir el control del parlamento en las elecciones regionales del próximo domingo, lo que les permitiría poner en marcha un plan que contempla la emancipación de este territorio bilingüe sobre el Mediterráneo en un plazo de 18 meses, tal vez mediante una declaración de independencia unilateral. Las encuestas indican que los partidos que están a favor tienen una leve ventaja.
Ya en épocas normales la institución azulgrana era conocida como "algo más que un club". Uno de sus grandes astros, el exjugador y técnico del Barsa, Pep Guardiola, leyenda viviente de su afición, ha apoyado abiertamente la independencia y ese sentimiento ha cobrado fuerza en los últimos años, en que España ha sufrido una feroz crisis económica. Pep, quien dejó la conducción del equipo para dirigir al Bayern Munich en 2012, es candidato simbólico de la coalición independentista, aunque no está postulado a cargo alguno.
El escritor barcelonés Manuel Vázquez Montalbán dijo en una ocasión que el equipo de futbol era "el ejército simbólico y desarmado de Cataluña". Lo que es un hecho es que el Camp Nou derrocha identidad catalana. El grito separatista a los 17 minutos de cada partido es un viejo ritual de los separatistas. Alude a 1714, el año en que los efectivos que defendían a Barcelona de un asedio durante la Guerra de la Sucesión Española fueron derrotados y Cataluña perdió buena parte de la autonomía de que había gozado por siglos.
Pasiones al margen, el club es un gran negocio. Y su papel en el movimiento por la independencia podría terminar afectando sus finanzas. Barcelona es el segundo club más rico del mundo, superado solo por el Real Madrid, y pronostica ingresos del orden de los 633 millones de euros (704 millones de dólares) en la temporada de 2015-16.
FOTO: 500 mil personas salieron a las calles el pasado 11 de septiembre para pedir la ruptura de Cataluña con España (AP)