GAME CHANGER
Por los pasillos del Banco de México (Banxico) camina un nuevo jefe desde hace casi seis meses. Es un tipo serio, directo y, a diferencia de su antecesor, muy pocas personas ajenas al mundo de las finanzas lo reconocerían en la calle. Sin embargo, desde su marcada discreción ha fortalecido los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas del banco central a niveles que son ejemplo para sus colegas en varias partes del mundo.
Alejandro Díaz de León llegó por primera vez al Banxico en 1991 y pasó 16 años en la institución como analista en la subgerencia de estudios del mercado de valores, gerente de análisis macrofinanciero, director de análisis macroeconómico y luego como director de estudios económicos. Su salida en 2007, según algunos allegados, nunca tuvo aroma a despedida.
Tras dejar Banxico, Díaz de León fue vocal ejecutivo de Pensionissste y en enero de 2011 se convirtió en titular de la Unidad de Crédito Público de la Secretaría de Hacienda, donde estuvo a cargo de la estrategia de coberturas petroleras y la emisión de deuda del país. En noviembre de 2015, ocupó la dirección general de Bancomext y dos años más tarde fue ratificado como gobernador del banco central en sustitución de Agustín Carstens.
El momento era complejo, su antecesor gozaba de buena reputación en el sector financiero y su partida había sido una sorpresa para muchos que lo veían en el cargo por varios años más. Díaz de León llegó con fuerza. En lo que va de su periodo al frente del banco central, ha realizado ya dos alzas a la tasa de interés, de 25 puntos base cada una, y lanzó una nueva estrategia de comunicación en la que se harán públicos los nombres y el sentido de la votación de los miembros de la Junta de Gobierno del Banxico en las reuniones de política monetaria.
"La adopción de todas estas disposiciones reflejan las mejores prácticas a nivel internacional", aseguró Díaz de León en entrevista. "La transparencia en el banco central nos ayuda a ser más eficaces en el cumplimiento de nuestro mandato".
Además de los cambios en las minutas, el recién llegado gobernador mandó incluir en los informes trimestrales del Banxico los pronósticos de inflación para los siguientes periodos. "Hacer pública esa información ayuda a nuestra labor para que la meta de inflación del banco central sea más creíble", aseguró.
Díaz de León destacó otro ajuste: las transcripciones de la reunión de política monetaria del Banxico estarán disponibles luego de tres años, que aunque parezca periodo largo, en realidad es menor al que hay en otros países. La Reserva Federal de EU, por ejemplo, las guarda cinco años.
El gobernador sabe que su labor al frente del banco central apenas comienza, pero los cambios realizados van en la dirección adecuada para fortalecer una institución clave para la economía del país.
Y está disfrutando su nuevo rol.
"Hasta ahora ha sido una gran experiencia, el banco es una gran institución", aseguró Díaz de León. "Y además tengo grandes compañeros en la Junta de Gobierno".
El gobernador de Banxico estudió Economía en el ITAM, y Administración Pública y Privada en Yale . Es un gran aficionado a la música.