CIUDAD DE MÉXICO.- Hoy se anunciará un paquete que contiene la licitación de 16 proyectos de Comisión Federal de Electricidad (CFE), que se traduce en un monto total de inversión por 4 mil 899 millones de dólares (mdd) y que tiene como objetivo disminuir el precio de las tarifas eléctricas en el país.
De acuerdo con un documento al que EL FINANCIERO tuvo acceso, se trata de cuatro gasoductos, incluyendo dos ramales, tres centrales termoeléctricas, la rehabilitación y modernización de una central hidroeléctrica y ocho proyectos de líneas de transmisión y subestaciones.
Con lo anterior, se adicionarán alrededor de 2 mil 358 megawatts (MW) a la capacidad instalada del Sistema Eléctrico Nacional, así como 529 kilómetros (km) a la red de gasoductos y mil 642 kilómetros circuito (Km-C) de redes de transmisión, esto se llevará a cabo en el marco de la promulgación de la legislación secundaria de la reforma energética y en cumplimiento del Programa Nacional de Infraestructura 2014-2018.
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Los proyectos de los cuatro gasoductos comprenden el diseño, ingeniería, suministro, construcción, operación y el mantenimiento de cada uno.
El gasoducto Waha-San Elizario, que tendrá aproximadamente 277 kilómetros de longitud y un diámetro de 42 pulgadas, será el que tendrá la mayor inversión, con 495 millones de dólares, y comenzará a operar en junio de 2017.
Esta tubería transportará gas natural proveniente de la región de Waha, Texas, para satisfacer los requerimientos del sector eléctrico en las regiones centro, norte y occidente de México. Este sistema de transporte se interconectará del lado mexicano al gasoducto San Isidro-Samalayuca, que se encuentra en proceso de licitación.
Por los cuatro gasoductos se estima una inversión de mil 7 millones de dólares, según el documento. Dos de los cuatro gasoductos se construirán en Texas y es la primera vez que la CFE licita ahí con el fin de asegurar el abasto.
Por otro lado, se estima una inversión por 3 mil 282 millones de dólares en tres centrales de ciclo combinado de gas natural ubicadas en Sonora, Sinaloa y Nuevo León; al tiempo que se licitará un proyecto que asciende a 27 millones y que consiste en la rehabilitación y modernización de los generadores eléctricos y turbinas hidráulicas de la central hidroeléctrica Temascal, que se ubica en Oaxaca.
Finalmente, en lo referente a los ocho proyectos de líneas de transmisión y subestaciones, se estima un monto de inversión por 583 millones, de los cuales cinco de ellos tienen como fin reducir las pérdidas de energía en dos ámbitos.
El primero, de las pérdidas no técnicas, asociadas a la falta de medición o lecturas poco confiables en el consumo de energía. El segundo, consiste en reducir pérdidas técnicas, causadas por la falta de mantenimiento y de modernización de las redes de distribución.
Los otros tres proyectos tienen como objetivo mejorar la capacidad de la red de transmisión, así como mejorar el servicio que se proporciona a los usuarios de la CFE y garantizar la atención de la demanda actual y de los futuros asentamientos industriales de distintas regiones del país, trayendo con esto una reducción de los costos operativos del sistema eléctrico.
Al respecto, Luis Adrián Muñiz, subdirector de análisis económico de Casa de Bolsa Vector, expuso que actualmente la CFE produce la mayor cantidad de su electricidad en plantas donde los generadores son a base de combustóleo, lo cual es bastante más caro que producirla con gas natural, traduciéndose en costos más elevados para el público.
En este sentido, dijo que la paraestatal busca dejar de producir electricidad con combustóleo y emplear gas natural.
Igualmente señaló que otro gran problema es la infraestructura vieja que posee la CFE, que genera importantes pérdidas de energía.
Muñiz indicó que en la medida que las licitaciones estén orientadas a la generación de más gas natural y la construcción de ductos para importarlo de EU, podrá ser efectiva una disminución de los costos de producción de CFE y por supuesto habrá una disminución en los precios de la electricidad al público.
Sin embargo, subrayó que las tarifas eléctricas domésticas están subsidiadas por el gobierno, por lo que no es muy seguro que con la reforma energética el precio de la electricidad para este sector vaya a bajar.
Lo anterior porque lo que ganaría CFE en eficiencia se podría trasladar en subsidios del gobierno cada vez menores, lo que será un punto favorable para las finanzas públicas, pero no tendrá un impacto sustancial en el bolsillo de las familias.
"No es claro que vaya a haber una disminución en los precios de las tarifas domésticas, pues en el mejor de los casos se van a mantener igual, aunque en términos de las finanzas públicas habrá una ganancia", sostuvo.
"La verdadera ganancia va a observarse en el sector industrial del país, el cual no goza de un subsidio y sus tarifas son más caras, que le han restado competencia frente a otros países", dijo.
Muñiz señaló que la construcción de gasoductos y la renovación de la infraestructura que se va a emprender con la reforma, tienen un periodo de maduración importante. Indicó que no es muy seguro que dos años, como lo afirma la CFE, sea un periodo sensato para la maduración de estas inversiones.
Por su parte, Arturo Carranza, especialista de Solana Consultores, dijo que los cambios jurídicos al sector eléctrico están planteado un mercado eficiente de electricidad.
Señaló que el reto es generar las condiciones de un mercado eficiente, lo cual no es sencillo, y tiene que ver con que el tema de la reglamentación de la reforma eléctrica se haga de manera oportuna y que salgan, en tiempo y forma, los permisos para el desarrollo de infraestructura.
"Los precios deben responder a los costos de generación de electricidad, en la medida que esto suceda, las tarifas van a reflejar los precios del mercado, que no necesariamente son más bajos en comparación con las tarifas domésticas actuales debido al subsidio", enfatizó.
Sin embargo, Carranza dijo que la idea es desmontar las distorsiones del mercado, permitir que las tarifas eléctricas reflejen los costos de generación y focalizar los subsidios para aquellos hogares vulnerables que lo necesiten, y en esta medida fortalecer las finanzas de la CFE.
Hace unos días, Enrique Ochoa, director de la CFE, reconoció ante industriales que se necesitará unos dos años para ver beneficios concretos de la reforma energética con un par de premisas, el tránsito de las plantas a gas natural y reducir las pérdidas en las redes de distribución y transmisión del país.