Hace ocho años, Martín Esparza estaba al frente de 44 mil agremiados del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), ahora renta salones para eventos sociales, gimnasios y edificios... del SME.
Tras la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC), la dirigencia sindical del SME encontró cómo seguir recibiendo dinero: la renta de gimnasios, edificios, instalaciones deportivas y de salones que pasaron de celebrar actos sindicales a sociales.
El valor global de las propiedades de 12 divisiones del SME oscila los 16 mil millones de pesos, pero si se agregan dos terrenos, uno en Pachuca y otro en Cuernavaca, y el edificio de Insurgentes 98 en la Ciudad de México, que es la sede del SME, sube a 20 mil millones de pesos, según estimaciones de la Asociación de Jubilados de LFC, con datos de la Tesorería del sindicato.
Sólo en la Ciudad de México, el SME tiene al menos ocho inmuebles, entre los que están un deportivo con salón de eventos sociales con capacidad para tres mil personas, estacionamiento, albercas, áreas verdes con palapas, canchas para frontenis y futbol en Coapa; un edificio sobre calzada de Tlalpan y un salón de eventos sociales y campo de futbol en Azcapotzalco, entre otros.
El SME tiene propiedades también en el Estado de México, Morelos, Hidalgo, Puebla y Michoacán.
Los jubilados estiman que por la renta a particulares de las propiedades, más cuotas sindicales, ingresan cerca de cinco millones de pesos al mes a las arcas del SME, cuyo secretario general es Esparza.
Pero este monto no se hace público en las asambleas del SME, pese a que los miembros de la dirigencia tienen la obligación de transparentar las finanzas del sindicato, dijo Reynaldo Delgadillo, presidente de la asociación.
Alejandro Muñoz, extesorero del SME, dijo que Esparza rinde cuentas pero "amañadas" pues no entrega en las asambleas las cuentas completas, pues nadie audita.